Entre los fondos buitres y los bancos buitres

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Luego que expirara el plazo para el pago a los bonistas, el denominado ISDA (International Swaps and Derivatives Association) declaró que la Argentina había entrado en defol.

Entre los 15 miembros del comité está el fondo buitre Elliott. La decisión activa los seguros contra defol, llamados Credit Default Swaps (CDS).Varios fondos buitre, incluido Elliott, poseen este seguro. Un detalle, por cierto no menor, es que “los CDS cuyo pago se gatilla (…) no son sólo los referidos a los títulos con intereses vencidos el 30 de junio. Todos los CDS de deuda argentina bajo legislación extranjera, también los que aseguraban títulos en cuyo pago no ha habido ningún problema, podrán cobrarse a partir de ahora. De ahí, la cifra de los 1.000 millones de dólares” (Clarín, 1°/8).

Dos de los integrantes de este comité son los bancos J.P. Morgan y el Citi, los cuales integran, junto al HSBC, el grupo de bancos extranjeros que estarían buscando un arreglo para comprar la deuda en poder de los buitres. Quienes estarían trabajando por un supuesto salvataje, están torpedeando al mismo tiempo la posición del gobierno. Ellos también extorsionan para forzar a los K a un arreglo final. El defol, sin embargo, estaría ocasionando fuertes perjuicios económicos. El Citi perdería 80 millones de dólares. Adicionalmente, “la situación podría exponer al Citi a litigios, ya que actúa como custodio de ciertos bonos reestructurados en la Argentina” (La Nación, 1°/8).

Kicillof, aseguran algunos, “está dispuesto a avalar la compra de la misma deuda por parte de bancos internacionales, como Citibank, J.P. Morgan y HSBC. Es una de las apuestas para el futuro” (La Nación, 4/8). Es lo que promueve el superoficialista Página/12, para quien la “cautela” con que se vendrían manejando los mercados, se debería a que “los inversores todavía apuestan a un acuerdo entre privados que posibilite el restablecimiento de una medida cautelar para liberar los pagos” (Página/12, 1°/8). De todas formas, “si no prosperan estas alternativas, el gobierno esperará a enero para un acuerdo con los “buitres” (La Nación, 4/8).

Un acuerdo con los buitres aumentaría en forma extraordinaria la deuda externa, si es al contado en 15 mil millones de dólares y en bonos el doble, porque la tasa de interés sería dos veces mayor a la media internacional.

Pablo Heller