Políticas

17/12/2014|1345

Escobar: La tierra al servicio del lucro, no de los vecinos


Escobar ha cambiado su fisonomía para peor en este último lustro, al servicio del lucro por encima de cualquier otro valor, como la vida misma.


Ya hace casi veinte años, bajo la intendencia de Luis Patti y con el respaldo de concejales de lo que mucho más tarde serían el FpV y PRO, se concedieron, a cambio de perdonar una deuda a la empresa de recolección de residuos, varias hectáreas camino al Paraná, que se ha trasformado en un basural.


A pesar de que fue cerrado por el reclamo de ambientalistas en 2008, aquel cúmulo de basura sigue contaminando las napas con los fluidos y los gases que larga en forma constantes.


 


Destrucción de los humedales


Los humedales desempeñan un importante papel en el control de las inundaciones, ya que pueden actuar como esponjas al absorber el agua de las lluvias y las crecientes, y permitir así que se filtre más lentamente a través del suelo y la vegetación. Sin embargo, están desapareciendo bajo metros de tosca que elevó el nivel del suelo para la construcción de nuevos barrios privados.


Esto pudo ser llevado a cabo sólo bajo la aprobación de las autoridades del municipio, enroladas en su momento en el kirchnerismo. Esto quiere decir que violentaron, mediante nuevas ordenanzas, leyes nacionales y tratados internacionales, como el convenio de 1971 en la ciudad iraní de Ramsar, donde 168 países aprobaron la preservación de los humedales.


Por lo tanto, las pérdidas causadas por las últimas lluvias, que no tuvieron ese cauce natural para drenar las aguas de los ríos Luján y Paraná, son exclusiva responsabilidad de los que gobiernan el distrito.


Otro párrafo aparte sería el desmedido crecimiento inmobiliario en Belén de Escobar sin planificación, sin contemplar los límites urbanísticos de la ciudad y las obras hídricas correspondientes.


 


Puerto regasificador


Ese puerto pertenece a YPF, se ubica en el Kilómetro 74 del Paraná de las Palmas y está a 200 kilómetros de mar abierto. En esas instalaciones se descargan barcos que vienen con gas natural licuado, enfriado a 160 grados bajo cero. Ese gas se trasporta a otro barco-fábrica, que lo gasifica para luego bombearlo a un oleoducto. La operación del cambio de estado del gas de líquido a gaseoso implica riesgo de derrame. Aquí también tuvieron que modificarse leyes de navegación, que no permitían el tránsito por el Paraná de buques de ese calado.


Los vecinos autoconvocados de Escobar presentaron una denuncia en febrero de 2011 por la ilegalidad del puerto, ya que lo aconsejable es que la operación se realice en mar abierto sin poner en riesgo a la población.


La necesidad de una bancada al servicio de los trabajadores en el Concejo Deliberante está en el orden del día para dar una salida independiente de los intereses económicos que lucran con esta situación.