Hace ya dos meses, los estatales de la provincia de Buenos Aires, de los ministerios, de las escuelas, de los hospitales, junto a judiciales, docentes y profesionales de la salud vienen realizando paros con dos grandes movilizaciones a la gobernación, con piquetes, con escraches a funcionarios y con una intensa y profunda deliberación.

La huelga tiene su epicentro entre los auxiliares de educación, que son el sector más postergado, pues sus salarios son “pelados”, sin ningún tipo de plus o adicional. La furiosa campaña del gobierno contra la huelga de auxiliares no los doblegó; los auxiliares se han organizado en asambleas y realizan sus propias marchas en Ensenada, Berisso, La Plata, etc. (muchas veces sin la convocatoria del sindicato).

Otras reparticiones tuvieron un desarrollo propio, Obras Públicas llegó a parar más de una semana; Secretaría de Adicciones lo mismo. Educación Sede conmovió la ciudad con sus cortes, con sus asambleas y con sus columnas. A sus cortes asistían municipales, estatales de Economía, de Derechos Humanos, de hospitales.

El reclamo de los estatales en lucha es el salario igual a la canasta familiar, 600 pesos de emergencia ya, 30% de aumento a básico, pase a planta de los temporarios y precarizados, que la crisis la paguen los patrones y no el pueblo asalariado.

El “aumento” pactado entre la burocracia sindical (UPCN, Fegepba) de 130 pesos es insultante. Lo mismo el adicional de 32 pesos, en dos cuotas, a los auxiliares. Sobre llovido mojado, el gobierno se robó los fondos de las jubilaciones a cambios de una emisión de letras; el Ioma está siendo vaciado, sus prestaciones caen día a día y se viene un aumento de los bonos. Los patacones ya son un hecho y en Economía de la provincia han declarado que no hay dinero para pagar los aguinaldos en julio. Scioli está haciendo pagar el déficit a los trabajadores de la provincia.

ATE ha rechazado la propuesta y siguió convocando paros, pero se negó durante todo el desarrollo de las huelgas y movilizaciones a especificar el carácter del reclamo. También se negaron a movilizar a la Gobernación; los plenarios de delegados fueron minoritarios, no se los abrió al activismo, protagonista de la lucha.

Las juntas internas, delegados, representantes, agrupaciones combativas deben impulsar una campaña por la huelga general estatal. La culpa de la crisis es de los capitalistas, que ellos la paguen.

Alejandro Sánchez Moreno