Quiero recordar la respuesta que tuvo el activismo sindical de la zona norte frente a la detención de la dirección del Partido Obrero en 1989.

La noche de la detención nos juntamos, no más de una docena, nos pasamos toda la noche imprimiendo en un mimeógrafo los volantes que repartiríamos en volanteos relámpagos por las principales fábricas de la zona: Ford, Terrabussi, Paty, Fanacoa, Rioplatense, Atlántida, Corni…

También sacamos una declaración para las comisiones internas de la zona, que fuimos a entrevistar en persona; la mayoría firmó, a pesar de la brutal campaña contra el partido.

Visitamos a los simpatizantes preparando la movilización a los tribunales de Morón para exigir la libertad de los presos, incluidos los compañeros de la regional de San Martín que fueron detenidos en los volanteos.

En Morón, estuvimos centenares de compañeros pese al estado de sitio. Reclamamos por todos los presos, ya que también había algunos del MAS. Sin embargo, no se movilizaron. Recuerdo que estuvo unos minutos Lis Zamora, de paso por Morón, pero nada más. Es decir que el estado de sitio frenó a la corriente morenista, que caracterizaba que se venía una revolución en Argentina y que ellos la dirigirían.

Terminamos la jornada a altas horas de la madrugada, realizando una marcha hasta la estación de Morón, en donde Claudio Katz nos dirigió la palabra llamando a redoblar la lucha por la liberación de los compañeros.

Por último, la noche de la liberación de todos los compañeros, en el local de Ayacucho, nos pusimos a silbar, por no poder gritar, ‘Vamos, vamos PO que no bajamos las banderas’, nunca una consigna más justa.

Claudio Vallori