Políticas

22/1/2009|1070

EXCLUSIVO DE INTERNET | Denuncian el cambio de droga por votos

El legislador oficialista Hugo Balceda, denunció que está “convencido de que los narcotraficantes se ligan al poder económico, político y policial para actuar impunemente” (La Gaceta, 4/1). Siguió denunciando que no hay decisión política para detener a estas personas (los narcos) para terminar afirmando que que en barrios como La Costanera se cambian drogas por votos.

Balceda hizo declaraciones en relación con el crimen de un chico consumidor en el Barrio La Costanera, que tuvo una gran cobertura mediática.

Lógicamente, las declaraciones de Balceda provocaron una gran conmoción y el propio Alperovich salió a enfrentarlo declarando que “drogas hay en todos lados, y que incluso, en los ambientes ricos, luego de un asado la gente se fuma un porro”.

En la bancada oficialista se sintieron acusados y decidieron defenestrar a Balceda, quien se adelantó y formó un bloque unipersonal.

Todos estos acontecimientos terminaron detonando una ola de denuncias que ponen de relieve la connivencia y asociación de las organizaciones mafiosas vinculadas con el tráfico de drogas y la policía; y que los llamados “dealers” (distribuidores) se transforman en épocas electorales en punteros barriales de los políticos patronales.

Poco después de sus declaraciones, tanto Balceda como diversos periodistas fueron amenazados de muerte.

Un grupo de vecinos de diferentes barrios realizaron una marcha a Plaza Independencia para exigirle al gobierno que dé una solución al problema; ya anunciaron que conformarán una ONG apadrinada por el legislador disidente.

Hasta el momento, el gobierno ha venido sosteniendo la política de cargar a las familias la responsabilidad de la adicción juvenil a las drogas. La política de desmantelamiento de las mafias es inexistente y, también, la política de recuperación de los adictos. La construcción de centros de recuperación y la designación de personal especializado se encuentran complemente paralizados.

Frente a los acontecimientos, el gobierno ha salido a anunciar la construcción de las obras ya anunciadas y a montar un operativo de prebendas y promesas en los barrios.

La vinculación del poder político con el negocio de las drogas no es un tema nuevo. Sin la complicidad del gobierno y de la policía, las redes de narcotráfico, juego clandestino, prostitución y trata de mujeres no podrían sobrevivir un minuto.

Para terminar con estas mafias y con los políticos e instituciones que lo encubren necesitamos la organización y la lucha independiente de los vecinos de los barrios obreros y populares. Esa es la forma de salvar a la juventud.

Martín Correa