Si el Financial Times hubiera leído Prensa Obrera o  En Defensa del Marxismo no se habría sorprendido de que, en medio de despidos récord, los jubilados norteamericanos tuvieran que salir a buscar trabajo por salarios de miseria y empleos descalificados.

Durante años y años, el Financial Times, como todos los medios de comunicación, ponderaba la jubilación privada y hasta aseguraba que era el remedio frente a la debacle de la jubilación estatal.

Ahora, en su edición del 12 de mayo, reconoce que “el derrumbe de la economía llevó a que los norteamericanos de mayor edad sigan trabajando en vez de retirarse y comenzar la vida de jubilados. Desde que comenzó la recesión en diciembre de 2007, unos 5,7 millones de trabajadores estadounidenses perdieron sus empleos. Pero la cantidad de personas laboralmente activas con más de 55 años se incrementó a más de 800.000”.

Lo que pasó fue que “el derrumbe de los precios de las acciones y propiedades erosionó el valor de los activos que muchas personas mayores tenían reservados para su jubilación. Sus ahorros, que en gran parte se encuentran en fondos mutuos, se redujeron a la mitad”.  Ahora, “la gente de más edad está aceptando empleos de bajo salario en comercios, hoteles y restaurantes”.

Después de haber aportado años y años, y después que bancos y financieras les cobraron jugosas comisiones, los jubilados privados norteamericanos están condenados a seguir trabajando como carne de cañón para deprimir los salarios.

Diego Diéguez