Políticas

16/4/2009|1079

EXCLUSIVO DE INTERNET | Torneo de cínicos

Las mujeres de más de siete hijos pueden cobrar una pensión del Estado nacional de 747 miserables pesos mensuales, lo que da un poco más de 100 por hijo. Dicho de otra manera: un litro de leche diario por chico y dos botellas de aceite a compartir al mes. El subsidio fue establecido hace 20 años por una ley nacional pero el gobierno implementa todo tipo de triquiñuelas para no pagarlo. Hay 9.998 mujeres en lista de espera. Las beneficiarias deben “acreditar que no gozan de jubilación o pensión, que no tienen bienes, ingresos o recursos de subsistencia”. O sea que los 747 sean sus únicos ingresos.

El tema fue objeto de una nota del diario Clarín, que dedicó dos páginas a difamar y burlarse de las mujeres que entrevistaron en las afueras de La Paz (Entre Ríos). Todos los testimonios reflejan una enorme miseria y las trabas que tuvieron que sortear para cobrar el subsidio. “Con la pensión, parece mentira, me pude comprar a crédito, una televisión usada, una cama y un colchón”, dice Norma. “Hay cuatro camas, pero somos 12 y tengo un nene discapacitado y otro con bajo peso, así que esta ayuda para mí es imprescindible”, dice Bety, que tuvo que hacer dos veces los papeles antes de cobrar. “Hace 12 años me lo negaron, pero ahora me lo dieron. Mis hijos hacen ladrillos y algunos pescan. Es el principal ingreso de nuestra casa.”, dice Victoria. “Ojalá que nunca me saquen esto, lo necesito”, dice Irma. Eva no tuvo esa suerte: hace siete años le rechazaron el pedido y el año pasado no pudieron tramitarlo “porque se había caído el sistema”. Ahora está probando de nuevo. Tiene tres hijos que trabajan en el sur; los otros pescan y cazan mulitas. “Hace poco, tuvieron que vender la única vaca lechera que les quedaba”.

Pero la conclusión de Clarín es otra: intenta probar que las mujeres se dedican a parir para forrarse a expensas del Estado al punto que titula con toda perfidia: “La fábrica de hijos: Conciben en serie y obtienen una mejor pensión del Estado” (Clarín, 5-4). El diario se alarma  porque “desde 2003 se cuadruplicó el padrón de madres con siete hijos” y ya cobran 215.246 mujeres. Omite decir que tal vez ante tenían un empleo que les impedía gestionar la pensión. Pero la nota avanza: el subsidio, apunta, insume un presupuesto anual de 173 millones de pesos, “algo así como la recaudación completa de 40 partidos de la Selección de Maradona en el Monumental”. Imposible no recordar que la accionista mayoritaria de Clarín, Ernestina Herrera de Noble, seguramente no cobró subsidios por los dos hijos de desaparecidos que aún tiene apropiados, pero que la dictadura de Videla le regaló Papel Prensa y el gobierno de Duhalde le licuó una deuda de unos 2.500 millones de dólares.

En este campeonato de cínicos se apuntaron un poroto las legisladoras kirchneristas Diana Conti, Teresa García y Juliana Di Tullio, que le escribieron a Herrera de Noble “para que en su condición de mujer” evite que “se reproduzcan notas discriminatorias contra la mujer”. Como la señora no les contestó, denunciaron a Clarín ante la justicia por ejercer  “violencia mediática” contra las entrevistadas (Crítica, 13/4). Tanta sensibilidad de género, por supuesto, no tiene nada que ver con los derechos de las mujeres y debe entenderse exclusivamente como una escaramuza más del enfrentamiento entre el gobierno y Clarín. Porque las K se cuidan muy bien de denunciar lo más grave que revela la nota: que 215.246 mujeres y sus hijos sobreviven con 747 pesos al mes. Y que otras diez mil ni siquiera cuentan con eso. Un nuevo ejemplo de que la “cuestión de género” no siempre implica defensa de los intereses de las explotadas. Por el contrario, en este caso, como en tanto otros, se las utiliza para dirimir conflictos entre sectores patronales que no tienen ninguna divergencia respecto de la opresión real de las mujeres.

Olga Cristóbal