Políticas

13/5/2010|1128

EXCLUSIVO DE INTERNET | Uatre: rechacemos lo firmado y relancemos el plan de lucha

Asamblea general

La dirigencia de Uatre acaba de consumar una nueva entregada al firmar un acuerdo paritario por un 25% de aumento, llevando el jornal de 66 a 82 pesos. Esto ha provocado el descontento de amplios sectores y la revuelta de los cosecheros de varias zonas de la provincia.

En las primeras semanas, los trabajadores comenzaron con paros y bloqueos de rutas. El gobierno provincial, las patronales y la burocracia acordaron, entonces, la conciliación obligatoria, que un sector de cosecheros de la zona de Monteros y Famaillá no acató y mantuvo los cortes. Por eso, la burocracia de Uatre nacional ha decidido llevar las negociaciones a Buenos Aires y firmar el acuerdo entreguista desconociendo, incluso, los acuerdos parciales a los que se había llegado en las discusiones en Tucumán.

En ese escenario emergió la disputa entre dos sectores: el de Zerrizuela, secretario adjunto de Uatre nacional que tiene base entre los cosecheros de Tucumán, y Pelassio, actual titular de la obra social, quien tiene base en los empaques y una alianza explicita con la CCC. Estos dos sectores ya han anunciado que van a disputarse la normalización de la Federación provincial, la que estça acéfala. El sector de Pelassio planteó su disconformidad con lo firmado y llamó a rechazarlo. Esto dio lugar a que se fueran generalizando los cortes de los cosecheros, lo que obligó a que el propio Zerrizuela tuviera que bajarse de Buenos Aires y, con sus “muchachos”, ir a los cortes para levantarlos. En algunos cortes se produjo la confluencia con otros sectores en lucha, como ocurrió con el corte en Santa Lucía, hasta donde llegó una manifestación de los autoconvocados de la Salud con carteles y cánticos a solidarizarse con los trabajadores del citrus.

El martes se ha convocado a un plenario de delegados que va a determinar si, en definitiva, se acepta el acuerdo. Son plenarios minoritarios donde se impone el aparato. Es necesaria una asamblea general y, sobre esa base, decidir qué hacer.

Al calor de estos hechos, en varias fincas se han elegido delegados por cuadrillas y ha ido emergiendo una vanguardia luchadora que cuestiona a la dirigencia burocratica. La gran tarea planteada es el agrupamiento de todo ese activismo para ir preparando las condiciones para luchar por una nueva dirección clasista en Uatre.

Luciano