En horas de la noche del domingo 30 de agosto se produjo la explosión de un transformador en el sector Cristo Obrero de la Villa 31. Solo por buena fortuna no hubo que lamentar heridos. La explosión de un transformador por sobrecarga es una recurrente manifestación de la falta de una verdadera urbanización, que no solo condena a los vecinos al hacinamiento y la frecuente escasez de agua, sino que también ante temperaturas extremas suele privarlos del suministro eléctrico.

El Estado y los gobiernos de diferentes signos son responsables de la última explosión, así como de no dar solución al problema de la vivienda y someter a la población trabajadora a estas condiciones de vida. La salida pasa por dejar de pagar la deuda, nacionalizar los servicios bajo control obrero y dedicar los recursos a un plan de viviendas con control de los trabajadores y vecinos.