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El decretazo policial de Scioli

Luego de las negociaciones frustradas que hicieron caer el proyecto de ley de policías locales en el Senado bonaerense, Scioli impuso por decreto el proyecto inicial de su ministro Granados, apoyado por los intendentes del conurbano, el massismo y los diputados de De Narváez que se sumaron al sciolismo. La ley crea una extensión distrital de la Bonaerense, que responde a un mando común con esta, porta armas fuera de los horarios de servicio y tiene la potestad de detener por averiguaciones de antecedentes. Un refuerzo más a la policía responsable de la desaparición de Luciano Arruga y Julio López.

Las modificaciones que Nuevo Encuentro y La Cámpora habían introducido en la cámara de diputados fueron barridas, lo cual sólo provocó alguna queja aislada. La impotencia del “progresismo” K muestra que la conducción kirchnerista de la Legislatura es una rémora del pasado que se encuentra en retroceso. Quienes le armaron la lista de legisladores a Scioli con hombres propios y pusieron a Mariotto de vicegobernador, como comisario político para desgastarlo, son los que quedaron raleados.

El entusiasta respaldo de Massa e Insaurralde al decreto muestra en qué puntos se apoya Scioli para reordenar su gobierno, en vistas al desbande K.

La superación de este derechismo, que promueve la militarización contra la juventud y los trabajadores y sostiene a todos los aparatos podridos de los punteros del PJ y la Policía Bonaerense, no va a venir de quienes los han sostenido por años.

Sólo una alternativa de la izquierda y los trabajadores puede plantearse barrer con las mafias enquistadas, desmantelar a la Bonaerense y organizar la seguridad bajo control de los vecinos y trabajadores.

Guillermo Kane