Un obrero muerto, otros dos en terapia intensiva –uno de ellos muy grave- y varios más con heridas de distinta consideración, son el primer resultado de la decisión del gobierno de querer inaugurar las obras de ampliación del aeropuerto de Ezeiza antes de las elecciones de octubre, para presentarlas como un broche de campaña.

En complicidad con Aeropuertos Argentina 2000, la empresa de Eduardo Eurnekian, que administra la terminal, hacían trabajar a los obreros las 24 horas del día, en condiciones deficientes de seguridad y laborales, que ya habían sido denunciadas, aunque esto no había sido tomado en cuenta ante la premura que planteaban los tiempos electorales.

La consecuencia es que la codicia y la perversidad política y empresaria se colocó nuevamente por encima de la vida de los trabajadores (aún no se sabe si debajo de los escombros hay más obreros enterrados) que fueron traicionados por la burocracia sindical de la Uocra, que contempló pasivamente las condiciones irregulares y deplorables en las cuales se desarrollaban las tareas.

El propio Ministerio de Trabajo provincial, sin demasiada energía, había dispuesto que la obra no podía seguir siendo construida en esas condiciones.

La administración de las terminales aeroportuarias de todo el país –prácticamente todas en manos del grupo Eurnekian- fue, desde un inicio –hace más de 20 años- un coto de corrupción y de desfalco al Estado. Eurnekian obvió pagar durante años los canones que le tenía que abonar al Estado nacional por las concesiones, que terminaron sumando una cifra gigantesca. No obstante, ningún gobierno –tampoco los K- le retiró las concesiones.

Finalmente se zanjó el desfalco con un “waiver” por el cual el empresario y su grupo quedaron eximidos de pagar la fortuna que debían a cambio de que un porcentaje minoritario de las acciones de la AA2000 pasaran a manos del Estado.

Fue en el año 2005, durante la presidencia de Néstor Kirchner, que el Estado nacional le condonó a la empresa de Eurnekian los más de $800 millones de deuda por el canon y las obras no realizadas.

En “compensación”, el Estado pasaría a tener el 20 por ciento de las acciones de Aeropuertos Argentina 2000, que suponían un porcentaje menor para el Estado, y un gran negocio para el grupo Eurnekian.

A cambio de estos negocios y otros que se fueron sumando –como la concesión de 1200 kilómetros de rutas- Eurnekian y su grupo acompañaron con aportes y apoyos a los distintos gobiernos que se sucedieron en las pasadas dos décadas.

Los K y el macrismo están involucrados en estas maniobras y desfalcos, que hoy han tenido como consecuencia este desastre que costó vidas obreras.

El grupo Eurnekian ha realizado un desfalco permanente al Estado. Hay que retirarle la concesión y colocarla en manos del Estado bajo control de los trabajadores.

Que los responsables empresarios y políticos de la muerte obrera sean juzgados y que reciban el castigo que corresponda.