Ezeiza: No al basurero nuclear
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Unas setenta organizaciones ambientalistas alertaron acerca de un convenio firmado en agosto del año pasado entre el gobierno argentino y el de Australia por el cual nuestro país, a propuesta de la empresa Invap, importaría residuos radiactivos. Duhalde ratificaría el convenio firmado por De la Rúa, el cual se enmarca en la política del imperialismo mundial de financiar el traspaso de industrias contaminantes (y sus residuos) a los países atrasados.
El convenio es inconstitucional (viola el artículo 41 de la Constitución), además de varias leyes nacionales y las Constituciones de la Provincia y la Ciudad de Buenos Aires. Invap pretende almacenar y procesar en el Centro Atómico de Ezeiza la basura nuclear, que entrará por el Puerto de Buenos Aires. Pero, más allá de su carácter inconstitucional, el convenio significará un altísimo riesgo para la salud de la población de todo el conurbano debido al peligro que supone el procesamiento de basura nuclear en una zona de alta densidad poblacional y sin que se cumplan los estudios de impacto ambiental correspondientes.
No es el primer intento de esta naturaleza. En octubre de 1994 denunciábamos que “el gobierno nacional, a través de la Secretaría de Medio Ambiente, cuya titular es María Julia Alsogaray, convocó a licitación pública internacional para la instalación de seis basureros tóxicos en el conurbano. Uno de ellos se ubicaría en Esteban Echeverría” (Prensa Obrera Nº 429, del 6/10/94). En aquel entonces, una intensa movilización de la población del conurbano bonaerense frenó la iniciativa menemista.
Por supuesto que no será el Congreso Nacional, como pretende la campaña de firmas de Greenpeace, el que pondrá una valla a este convenio proimperialista. Deben ser las Asambleas Populares de Capital y el conurbano bonaerense, junto con las comisiones gremiales de los trabajadores del Centro Atómico de Ezeiza, quienes tomen el rechazo del basurero nuclear en sus manos y realicen una campaña conjunta de movilización que impugne el convenio y toda la política proimperialista de Duhalde, Ibarra, Solá y todos sus intendentes.