Luego de que el gobierno aumentara un 118% el precio del dólar e impulsara una liberación de precios mediante el DNU y la Ley Ómnibus, la estampida inflacionaria, que ya venía pulverizando los ingresos de la población durante el gobierno anterior, continúa batiendo récords y parece no tener techo.

En enero, las empresas de medicina prepaga aumentaron las cuotas un 40%, las telecomunicaciones lo hicieron en un 14%, los taxis un 20%, los peajes un 49% y las naftas un 27%, por citar algunos ejemplos. A su vez, los alimentos lideraron el ranking. Entre los productos que más subieron se destacan el pan de mesa (19,6%), el queso crema, el cremoso y la manteca (15%), la yerba (12,2%) y el arroz (10%). Ahora febrero trae nuevos aumentos.

En el marco del brutal ajuste fiscal, el Ejecutivo autorizó un aumento del 251% en el boleto de colectivo en el AMBA y de 169% en trenes para avanzar en el recorte de subsidios. Ahora el boleto pasará de $76,92 a $270,00 en el caso de los colectivos y de $36,38 a $130 en los trenes para el mes de febrero, encareciendo el costo de ir a trabajar para miles de usuarios y garantizando así la ganancia de estas patronales, las mismas que engordaron sus bolsillos a costa de subsidios millonarios sin invertir un solo peso en el servicio. Aún así, las empresas de colectivos reclaman un boleto de $800, lo que ya vaticina nuevos aumentos.

En tanto el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires aplicará el último tramo de la suba del 56% en las tarifas del subte. A partir del domingo 4 de febrero, el boleto salta $15 y pasa a costar $125, mientras que el Premetro valdrá $43,75. Larreta cumple con llevar adelante el ajuste nacional en la Ciudad, reventando los bolsillos populares.

Las empresas de medicina privada ya venían haciendo negocios enormes con los aumentos autorizados por el Frente de Todos. La liberación de precios promovida por el gobierno directamente le otorgó vía libre para que avanzaran en incrementos descomunales, ahora informaron que las cuotas tendrán un aumento de entre el 27% y 29% promedio en febrero. El ajuste en la salud pública favorece este negocio a costa de la población, que ve su acceso a la salud cada vez más restringido y tiene que terminar pagando casi un salario mínimo para tener a su familia cubierta de manera privada.

Por su parte, las empresas de internet y cable comenzaron a anticipar a sus clientes que, a partir de los primeros días de febrero, llevarán a cabo el segundo retoque de tarifas del 2024 con un incremento que puede ser superior al 25%, según el servicio y la operadora.

En tanto, el gobierno ya llevó adelante las audiencias que preparan nuevos tarifazos en la luz y el gas como consecuencia de la quita de subsidios que aplicará, en el marco del brutal ajuste fiscal. La Secretaría de Energía procederá al recorte gradual de los subsidios al componente del Punto de Ingreso al Sistema de Transporte del gas (PIST), es decir el precio base del gas, a razón de un tercio por cada mes durante 3 meses. A su vez, la semana pasada se realizó la audiencia para avanzar en un nuevo tarifazo en la luz. Estos aumentos no solo lo pagarán los usuarios en las boletas de sus hogares, sino que se trasladarán a los precios de los productos, echándole más leña al fuego inflacionario.

Con respecto a las naftas, el 1° de febrero finaliza el congelamiento de los impuestos a los combustibles líquidos, cuya actualización la terminarán pagando los consumidores. Recordemos además que las petroleras vienen de aumentar casi un 100% los precios de la nafta en lo que va del gobierno de Milei para empalmar los precios internacionales con los del mercado interno. Todos estos incrementos en el combustible impactan de lleno en la cadena productiva, otro acicate inflacionario.

El gobierno que venía a combatir la inflación no solo que la está incrementando a pasos agigantados sino que está asestándole un golpe mortal a los bolsillos de la población, para los cuales no hay ni un solo anuncio. Los únicos que se benefician con esta política son los capitalistas, que continúan preservando sus ganancias mientras trabajadores y jubilados se empobrecen cada día más.

A su vez, esta escalada inflacionaria ya dejó obsoleta la devaluación aplicada por Caputo, lo que plantea que vendrán nuevas devaluaciones de envergadura, que volverán a trasladarse a los precios y desataría nuevos tarifazos. No podemos dejar pasar este ajustazo y la única forma de enfrentarlo es en las calles, mediante la movilización popular.

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