El gobierno nacional intervino la empresa eléctrica Edesur por 180 días y designó para esa tarea al intendente de Avellaneda y exministro de Desarrollo Territorial y Hábitat de la Nación, Jorge Ferraresi.

El interventor tiene un historial de acuerdos con la firma eléctrica. En diciembre de 2010, el Concejo Delibertante aprobó por unanimidad la privatización del cobro del servicio de alumbrado público a Edesur. Más recaudaciones para una empresa que, para aquellos años, ya era denunciada por vecinos y trabajadores por falta de inversiones, sufriendo apagones constantes.

Según la ordenanza 22.568, el objetivo era “optimizar el sistema de recaudación de la tasa municipal por alumbrado público, como manera de lograr y mejorar una satisfactoria prestación de bienes y servicios orientada a la comunidad de Avellaneda”.

Mucho ruido y pocas nueces. En 2009, a partir de denuncias vecinales, se constató que dicho servicio se cobraba de forma duplicada, tanto en la factura de Edesur como en la Tasa de Servicios Generales (TSG, ex ABL). De este modo a las familias trabajadoras se les obligaba a desembolsar $600 ($300 para Edesur y $300 para el municipio). El reclamo culminó con el compromiso de “quienes hayan recibido la factura de luz donde figura ese cargo municipal, deben dirigirse a Edesur con el pago de la tasa y hacer el reclamo. Tiene la obligación de restituir el importe” (Diario Popular, 26/02/2019). La devolución quedó a cargo de la municipalidad, nuevamente el Estado salvando a la privatizada y sus millonarias ganancias.

Año tras año, la Gestión A incrementa el impuesto municipal de forma exorbitante. Solo en 2023 el incremento trepó en un 84%, ganándole largamente a la estimación inflacionaria (y techo paritario) nacional y provincial del 60%. “La TSG para viviendas pasará a tener un valor mínimo cercano a los $3.750” (Avellaneda Hoy, 25/11/2022). Tarifazo que aniquila los bolsillo de vecinos, vecinas y laburantes de la ciudad del sur del conurbano. ¿Adivinen quienes quedan eximidos de su pago? Según el gobierno de Jorge Ferraresi, buscando incentivar las inversiones (cosa que no hicieron en más de treinta años), Edesur queda condonado de abonar la tarifa. Otro granito de arena para seguir inflando las riquezas fugadas a sus casas de origen.

Mientras sucede todo esto, habitantes de Dock Sud, Isla Maciel, Sarandí, Villa Corina, Piñeyro, Gerli y Wilde viven en condiciones paupérrimas, con una red eléctrica altamente deficitaria donde aún existen los cables de tela y los cortes de luz con constantes, al igual que los casos de personas electrocutadas u hogares incendiados a causa de cortocircuitos catalogados como accidentes, pero no es así, un accidente es algo que no se puede prever, la falta de inversión prevé esto.

Para “hacerle frente” (palabras del propio interventor), pocos años atrás, el municipio de Avellaneda cerró un nuevo acuerdo con la empresa distribuidora de energía eléctrica. La Municipalidad pone la mano de obra y Edesur los forma para solucionar urgencias, creando así cuadrillas en negro, ya que en su gran mayoría, quienes efectúan dichos cursos de formación, son cooperativistas, monotributistas y beneficiarios del Potenciar Trabajo. De este modo, tanto el Ejecutivo local como la privatizada, se ahorran trabajadores bajo convenio Luz y Fuerza, precarizando en salarios y condiciones de labor.

Es ilustrativo ver como vecines del Docke se cuelgan a los postes para cambiarse de fase, ante los constantes cortes de luz, a metros de la central térmica.

La solución a los cortes de luz y la falta de inversión no vendrá de la mano de gobiernos capitalistas que gestionan en beneficio de las privatizadas, de lo cual Ferraresi es otro ejemplo.

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