Fertilización asistida: ¿manda el clero?

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Un grupo de diputados kirchneristas acaba de impulsar otra ley relativa a la reglamentación de los tratamientos de fertilización asistida, en la que se considera al embrión “material genético”, formulación científicamente admitida en todo el mundo y por todos los organismos internacionales relativos al tema de salud, pero que fue desestimada por el gobierno a la hora de aprobar el Código Civil.

La ley aprobada en junio del año 2013, que establece la gratuidad de los tratamientos y del diagnóstico en hospitales y obras sociales, que fue reglamentada por el Ejecutivo un mes después, corre serios riesgos de volverse inaplicable a partir de la aprobación por parte del kirchnerismo en el Senado, del nuevo Código Civil y Comercial, que en su artículo 19 establece que los embriones (dentro y fuera del útero materno) tienen estatus jurídico de persona. No hay ley complementaria a esta aberración que cambie esto.

Existen hoy en día -aún sin la aprobación del código- fuertes resistencias para la aplicación de la ley, ya que aún no adhirieron a ella el conjunto de las provincias y porque no se estableció un mecanismo ágil que evite las trabas burocráticas que imponen los efectores de salud que deben garantizar la práctica. A todo esto, el Ministerio de Salud de la Nación está pintado, por la estructura descentralizada del sistema y por su raigambre clerical y pro empresarial en el ámbito de la salud, dos razones para dejar correr las trabas en este tema y en muchos otros, como las reiteradas violaciones a la práctica del aborto no punible. Mucho menos se ha avanzado en un tema clave que es la clara adaptación a las necesidades del tratamiento de las licencias médicas en los lugares de trabajo.

El impulso de este nuevo proyecto de ley se da en un escenario en el que la crisis política del kirchnerismo incluye las resistencias del caso ante la violenta profundización del pacto clerical de CFK. Aunque la cooptación, política y económica logró garantizar hasta ahora que sectores como la FLGTTBI, critiquen pero no saquen los pies del plato. Tal como se vio en las discusiones hacia el 8 de marzo donde pretendían aceptar criticar al gobierno por la reforma del código pero no por el ajuste, la represión, la designación del Milani o la entrega al capital internacional.

Para garantizar la procreación asistida más que nuevas leyes se necesita la resolución política de terminar con el negocio que hoy significa y de no ser tributarios de las teorías religiosas que intencionalmente pretenden tener el manejo de la vida social a partir formulaciones aberrantes como la de pretender convertir al embrión en persona.

Para eso es necesario encarar una batalla política contra los tributarios del clero y la privatización de la salud. Un batalla que incluya poner en pie un gran movimiento contra la aprobación del código reaccionario.

Vanina Biasi