Políticas

30/11/2000|690

Fidel Castro, Eta y la legislatura

En la reciente Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado, Fidel Castro votó contra una resolución de condena a ETA -propuesta por el presidente de El Salvador y apoyada por todos los demás. Denunció que, mientras se proponía esta declaración, se omitía cualquier condena a las acciones terroristas contra Cuba. En la misma ciudad de la cumbre, Panamá, acababan de ser detenidos terroristas derechistas cubanos, con pasaportes salvadoreños.


En la Legislatura porteña, y con algunas horas de diferencia, se había desarrollado un debate similar. En la sesión plenaria del jueves 16, se discutió un despacho que proponía una condena a la violencia de ETA. La resolución había sido objetada previamente sólo por el Partido Obrero, con el fundamento de que “por sus términos, no reivindicaba el derecho a la autodeterminación de las nacionalidades del Estado español”. En la sesión, Altamira señaló que la condena a la ETA repudiaba el derecho a la autodeterminación del pueblo vasco y defendía al Estado monárquico-franquista.


Altamira caracterizó que la política de ETA denunciaba las limitaciones insalvables del nacionalismo pequeñoburgués, “golpea en muchas oportunidades sobre aquellos que son objetivamente los aliados del pueblo vasco en la lucha por su autonomía: los explotados de toda España, que comparten con aquéllos un mismo opresor, es decir, el Estado monárquico”. Para Altamira, el PO puso de relieve las limitaciones de los movimientos nacionales es su rechazo a la lucha de clases, y por lo tanto, a la unidad con los explotados de la nación opresora.


La resolución condenatoria fue apoyada por Alicia Pierini (Justicia Social), integrante de un bloque que reivindica el nacionalismo. En este caso, tomó partido por el nacionalismo monárquico y reaccionario del Estado español contra el nacionalismo vasco.


Después que Altamira fundamentó sus observaciones, el autor del proyecto -Miguel Doy, de Nueva Dirigencia- lo retiró y propuso su pase a archivo. Toda la Legislatura votó con él: la sola posibilidad de un serio debate sobre la opresión nacional hizo que las bancadas que defienden el sometimiento nacional al FMI decidieran pasar… ‘al despacho siguiente’.