Políticas

16/11/2017

FIFAGate: las denuncias limitadas de Alejandro Burzaco

La corrupción recorre todo el negocio del fútbol


El suicidio del ex funcionario kirchnerista Jorge Delhon, vinculado a Fútbol para Todos, fue la cara trágica del cimbronazo que produjo en nuestro país la declaración, en un juzgado de Nueva York, del ex CEO de Torneos y Competencias, Alejandro Burzaco, respecto de las coimas que pagó para conseguir hacerse del negocio de las transmisiones de fútbol.


 


El juicio está vinculado con la corrupción en el negocio mundial del fútbol -el denominado Fifagate- que saltó a la luz con la sorpresiva investigación de la justicia estadounidense –un país con casi nula tradición futbolística- y que esconde la disputa abierta que se ha desatado por el reparto de los miles de millones que se mueven alrededor de este deporte.


 


Una disputa internacional


 


Los Estados Unidos vienen pujando fuerte por ingresar al enorme negocio del fútbol, en el cual, hasta ahora, son un segundo violín. De allí que el propio FBI tomara en sus manos la investigación minuciosa de la corrupción en la Fifa, cuyo corolario fue un fuerte golpe a la burocracia de esa entidad, dirigida por los europeos.


 


Estados Unidos, que organizó el mundial de fútbol de 1994, pretendía –y pretende- organizar en su territorio alguno de los próximos dos, como un paso importante para empezar a tallar en el negocio. Como eso está en cuestión, se ha lanzado con el planteo de organizar en los Estados Unidos un mundial “paralelo” al del 2018, en los mismos días, con distintos horarios que el “oficial”, con las selecciones nacionales que no clasificaron para Rusia. Esto supone una confrontación abierta con la Fifa, ya que un torneo de ese tipo solo puede realizarse si la entidad lo autoriza.


 


El rebote en nuestras costas del escándalo que derribó a las cúpulas de la Fifa y de la Conmebol, se ha visto potenciado por las declaraciones de Burzaco, ex CEO de Torneos & Competencias (de la cual es socia el grupo Clarín), como testigo en la causa que se lleva adelante en el juzgado neoyorkino.    


 


La "conexión local"


 


Burzaco, hermano del secretario de Seguridad del actual gobierno, destapó la olla de las coimas que se pagaban para conseguir el negocio de las transmisiones de los campeonatos de las principales categorías del fútbol local y de los internacionales. El principal acusado por el ex CEO es Julio Grondona –ya fallecido- y los funcionarios kirchneristas Pablo Paladino y Jorge Delhon, quien ayer se arrojó debajo de un tren luego de conocer la acusación de Burzaco. Estos dos ex funcionarios kirchneristas habrían sido los responsables de recibir los sobornos cuando el manejo de las transmisiones estaba en manos del Estado.


 


El papel de Burzaco como testigo preferencial para el juzgado estadounidense se asienta en las denuncias que hizo respecto de una serie de personajes que ocupaban cargos de relevancia en la Conmebol, a la cual el gobierno y la justicia de los Estados Unidos quisieron descabezar, como parte de la disputa por los negocios del fútbol, entre ellos los de las transmisiones, que en nuestro país ya han conseguido las cadenas Fox y Turner.


 


Omisiones


 


Llamativamente –o no- Burzaco destapó el tema de Fútbol para Todos, que es irrelevante para la causa que se sigue en Nueva York. Y, de manera nada inocente, incluyó en su denuncia a varias cadenas televisivas como O Globo, Televisa y Fox Sports, pero explícitamente desligó al oficialista grupo Clarín, su antiguo socio en el negocio y que tuvo el manejo del mismo en la Argentina hasta la llegada de Fútbol para Todos.


 


Tampoco avanzó más allá de los dos funcionarios K y Julio Grondona, como receptores de sobornos. Levantar el velo pondría en la picota a muchos dirigentes del fútbol de uno y otro lado de la grieta, que convivieron con Julio Grondona y no podían desconocer los manejos espurios que se tejían en la AFA y sus alrededores, entre ellos el operador oficialista Daniel Angelici y el propio presidente Macri, que presidió Boca durante varios años.


 


La corrupción que rondó al negocio de Fútbol para Todos -y que denuncia Burzaco- le es hoy funcional al gobierno macrista para seguir con su campaña mediática antikirchnerista. Rápidamente la diputada del PRO, Graciela Ocaña, salió a reclamar el juzgamiento de los funcionarios K acusados. Pero el denunciante y Ocaña olvidan no solo el papel de Clarín sino también el de todos los que compartieron la conducción del fútbol durante la era Grondona, y los que siguen utilizando a los clubes para el desarrollo de sus propios negocios (compra, venta, transferencia de jugadores, donde los clubes actúan meramente como vidrieras), llevándolos a una permanente situación de quebranto.   


 


Una salida para el fútbol


 


Las denuncias de Burzaco hablan por sí solas del extrañamiento que existe entre el negocio del fútbol y el deporte. El ex socio de Clarín dijo que repartió coimas en la región por más de u$s 110 millones, de los cuales más de u$s20 millones se los habría pagado a Grondona para lograr la transmisión de los campeonatos mundiales, y las copas América, Sudamericana, Libertadores, lo cual da una idea del dinero que se mueve alrededor de este deporte.


 


Mientras tanto, la mayoría de los clubes tienen sus balances en rojo, el costo de las cuotas y las entradas se alejan cada vez más del bolsillo de los trabajadores y ahora se suma el cobro del plus para poder ver los partidos por televisión.


 


La corrupción recorre todo el negocio del fútbol y no va a ser liquidada por el macrismo. Sólo va a terminar cuando los clubes y los campeonatos de todo tipo pasen a ser manejados por los socios, herederos de aquellos que los crearon y que fueron desplazados por las camarillas capitalistas que hoy manejan el negocio del más popular de los deportes.