Políticas
21/7/2017
Filmus, el candidato “ciudadano” de las escuelas shopping
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Secretaria Adjunta de Ademys y precandidata a legisladora
Antes de la reforma anti educativa del macrismo, el ex ministro de Educación y candidato a diputado nacional de la Unidad Porteña, Daniel Filmus, diseñó y aplicó reformas igualmente retrógradas, que también fueron resistidas por el movimiento estudiantil y docente.
Como funcionario, el candidato kirchnerista que se postula para “ponerle un límite” al ajuste macrista fue responsable de pavimentar el actual curso anti educativo y privatista. (El bloque de legisladores kirchneristas tampoco podría arrogarse haberle puesto un solo “límite” al macrismo ya que durante casi diez años de gobierno PRO le aprobó al oficialismo todas las leyes fundamentales, desde el presupuesto hasta la creación de la Agencia de Bienes y de la “nueva” Policía de la Ciudad.)
Filmus no resiste la prueba de archivo como responsable de “reformas” regresivas para la educación pública en la ciudad y el país, siguiendo lineamientos de los organismos internacionales de crédito.
Antes de Macri, Filmus
La trayectoria de Filmus comienza con el menemismo, como subsecretario de Educación del entonces intendente porteño Carlos Grosso durante los años 1990-1992. Bajo su gestión se consumó la “escuela shopping” de Sarmiento y Pueyrredón, barrio de Once.
Luego, Filmus formó parte de la dirección de FLACSO, la “usina de ideas” que dotó técnicamente a los equipos que luego llevaron adelante la reforma educativa de los ’90. Con esos pergaminos, pasará a ser asesor del Ministerio de Educación de la Nación para la reforma educativa de los gobiernos de Menem, un paquete conformado por la ley de transferencia de las escuelas a provincias y municipios; la ley Federal de Educación, que destruyó la secundaria; y la ley de Educación Superior, reclamada por el Banco Mundial.
En 1996, cuando Susana Decibe fue nombrada ministra de Educación, Filmus se convirtió en su jefe de asesores.
Concluida su labor “reformista” durante el menemismo, el año 2000 lo encontró ocupando la Secretaría de Educación de la gestión de Aníbal Ibarra. (Paradójicamente, como legislador, Ibarra había denunciado la creación de la “escuela shopping” cuya autoría, dijimos, corresponde a Filmus.)
En el marco de la enorme crisis social que derivaría en el Argentinazo de 2001, el gobierno de Ibarra aplicó un ajuste brutal sobre los alimentos enviados a los comedores escolares, a partir de una disposición de la Secretaría de Educación de Filmus, que ordenaba adecuar los menúes escolares a la situación financiera del gobierno porteño. Tras el gran repudio que recibió la medida, Filmus sacó a relucir su chapa de “pedagogo”: “A la escuela se va a estudiar, no a comer”, dijo en una frase que quedará para la Historia.
En 2003, Néstor Kirchner –también él mismo un reciclado menemista– nombra a Filmus al frente del Ministerio de Educación.
Cuando Daniel Filmus asume como ministro de Educación, en 2003, publica un balance crítico de la Ley Federal de Educación y de la situación educativa. Sin embargo, en ese documento destaca como aspectos positivos de la reforma de los noventa, precisamente, “la nueva distribución de roles entre la Nación y las jurisdicciones educativas”, de la cual fue autor y se mantiene aún hoy, por la cual el salario docente depende de los recursos y decisiones de cada provincia.
Con la llegada del kirchnerismo, se comienza a elaborar una supuesta “contrarreforma” a la reforma de los noventa, ¡a cargo de los mentores de ésta!, como Filmus y Carlos Tedesco –otro viejo conocido de FLACSO– y en la que participa activamente la Ctera yaskista, dando un salto en una fenomenal integración al Estado.
La “nueva” reforma contenida en la Ley Nacional de Educación del año 2006 mantuvo el esquema “descentralizador” y significó, el caso de la Ciudad de Buenos Aires, la pérdida de 130 orientaciones, recortes de materias, titulaciones, flexibilización docente y despidos.
Si en la Ciudad fue donde el macrismo más pudo avanzar en medidas anti educativas que ahora adquieren proyección nacional se debió al aval kirchnerista, ya sea por el voto de su bloque en la Legislatura o por la tregua que le dieron las direcciones sindicales kirchneristas de UTE-Ctera, las mismas que ahora hacen campaña por Filmus e integran sus listas.
En defensa de la educación, votemos al FIT
Su actuación en las luchas cotidianas en defensa de los intereses de los trabajadores, de los puestos de trabajo, de la educación, la vivienda, la salud y los derechos de las mujeres en las luchas, en los sindicatos, en los colegios y facultades en la Legislatura y en el Congreso han consolidado al Frente de Izquierda como una referencia ineludible para las causas populares.
En las puertas de una nueva reforma anti educativa, la alternativa política está en las listas del FIT.
En defensa de la educación, siempre.