Firmaron el plan director
Seguir
El debutante Chrystian Colombo volvió de España con la firma de un “acuerdo para salvar Aerolíneas”. El mágico logro se “alcanzó con una ampliación de 12,5 millones de dólares por parte del Estado argentino” (Clarín, 14/10).
La realidad es que simplemente se aceptó una vez más (quinta o sexta) el chantaje de los españoles diseñado en el llamado Plan Director, por el cual además de este aporte, los trabajadores deben capitalizar (o sea resignar) sus 65 millones en acciones (De la Rúa vetó la intangibilidad de esas acciones). Además, aceptar una racionalización que prevé 1.200 despidos, una rebaja salarial del 20% y la revisión de convenios para implantar la polivalencia, reducir representaciones gremiales y otras perlas del mismo estilo. El Estado deberá condonar las deudas impositivas y provisionales de AA lo que constituye la parte del león de este “acuerdo”.
La capitalización del Estado español, de 650 millones, “blanquea aportes ya hechos por 420 millones y sólo vendrían 230 nuevos, lo que alcanzaría para sostener la compañía durante siete meses” (ídem). Según el titular de la Comisión Bicameral de Seguimiento de las Privatizaciones, “es sólo oxígeno para llegar hasta fin de año, la solución es que España absorba los 900 millones de pasivo que generó Aerolíneas”.
Los dirigentes sindicales de pilotos y jerárquicos ya habían dado su acuerdo a este plan. Los tres gremios opuestos, enrolados en la CTA y la CGT Moyano, administrativos, azafatas y técnicos, le dan un apoyo condicionado, pues aceptan la capitalización, pero denuncian que no hay un plan de desarrollo.
Aunque la patronal asegura que aumentará algunas rutas internacionales, al mismo tiempo explica que “para el cabotaje, la política pasa por unificar la flota y racionalizar horarios y frecuencias para ahorrar costos”.
En relación a los técnicos de Austral, los funcionarios argentinos declararon a la prensa que “si son desvinculaciones voluntarias y la gente se va a la casa con un buen cheque, no hay problema”. Para De la Rúa y Machi* nea no hay problema en que 1.200 trabajadores más se vayan a la casa y que les rebajen el sueldo a los que quedan.
Las direcciones sindicales de Alicia Castro, de Basteíro y de Técnicos Aeronáuticos dijeron nado, pues aceptan la capitalización, pero denuncian que no hay un plan de desarrollo.
Aunque la patronal asegura que aumentará algunas rutas internacionales, al mismo tiempo explica que “para el cabotaje, la política pasa por unificar la flota y racionalizar horarios y frecuencias para ahorrar costos”.
En relación a los técnicos de Austral, los funcionarios argentinos declararon a la prensa que “si son desvinculaciones voluntarias y la gente se va a la casa con un buen cheque, no hay problema”. Para De la Rúa y Machi* nea no hay problema en que 1.200 trabajadores más se vayan a la casa y que les rebajen el sueldo a los que quedan.
Las direcciones sindicales de Alicia Castro, de Basteíro y de Técnicos Aeronáuticos dijeron siempre oponerse al plan director, pero han desmovilizado por completo a sus bases. Un plenario general de delegados de los seis gremios aeronáuticos (todavía unidos) resolvió una Asamblea General aeronáutica, de los 6,000 trabajadores involucrados, y jamás se hizo. La fecha quedó en manos de las direcciones y no la convocaron nunca.
Hay que arrancar esa asamblea. Impulsemos plenarios de delegados de todos los gremios para que la preparen. Abramos el debate por una salida de los trabajadores a la crisis. La crisis política del gobierno puede ser aprovechada a condición de una intervención política y de lucha de los trabajadores, independiente de las variantes de la patronal que rompa la estafa de la privatización y quiebre definitivamente el compromiso del gobierno con el imperialismo.
No al plan de desmantelamiento de las rutas y la línea de bandera. Ninguna reducción de personal. Ninguna rebaja salarial. Defensa de los convenios. Que el Estado español se haga cargo de la deuda. Apertura de los libros a los trabajadores.