Políticas

2/11/2000|686

Firmaron el plan director

El debutante Chrystian Colombo volvió de España con la firma de un “acuerdo para sal­var Aerolíneas”. El mágico logro se “alcanzó con una ampliación de 12,5 millones de dólares por parte del Estado argentino” (Clarín, 14/10).


La realidad es que simple­mente se aceptó una vez más (quinta o sexta) el chantaje de los españoles diseñado en el lla­mado Plan Director, por el cual además de este aporte, los trabajadores deben capitalizar (o sea resignar) sus 65 millones en acciones (De la Rúa vetó la intangibilidad de esas acciones). Además, aceptar una racionali­zación que prevé 1.200 despi­dos, una rebaja salarial del 20% y la revisión de convenios para implantar la polivalencia, reducir representaciones gremiales y otras perlas del mismo estilo. El Estado deberá condonar las deudas impositivas y provisio­nales de AA lo que constituye la parte del león de este “acuerdo”.


La capitalización del Estado español, de 650 millones, “blan­quea aportes ya hechos por 420 millones y sólo vendrían 230 nuevos, lo que alcanzaría para sostener la compañía durante siete meses” (ídem). Según el ti­tular de la Comisión Bicameral de Seguimiento de las Privati­zaciones, “es sólo oxígeno para llegar hasta fin de año, la solu­ción es que España absorba los 900 millones de pasivo que ge­neró Aerolíneas”.


Los dirigentes sindicales de pilotos y jerárquicos ya habían dado su acuerdo a este plan. Los tres gremios opuestos, enrola­dos en la CTA y la CGT Moyano, administrativos, azafatas y técnicos, le dan un apoyo condicionado, pues aceptan la capitali­zación, pero denuncian que no hay un plan de desarrollo.


Aunque la patronal asegura que aumentará algunas rutas internacionales, al mismo tiem­po explica que “para el cabotaje, la política pasa por unificar la flota y racionalizar horarios y frecuencias para ahorrar cos­tos”.


En relación a los técnicos de Austral, los funcionarios argen­tinos declararon a la prensa que “si son desvinculaciones volun­tarias y la gente se va a la casa con un buen cheque, no hay pro­blema”. Para De la Rúa y Machi* nea no hay problema en que 1.200 trabajadores más se vayan a la casa y que les rebajen el sueldo a los que quedan.


Las direcciones sindicales de Alicia Castro, de Basteíro y de Técnicos Aeronáuticos dijeron nado, pues aceptan la capitali­zación, pero denuncian que no hay un plan de desarrollo.


Aunque la patronal asegura que aumentará algunas rutas internacionales, al mismo tiem­po explica que “para el cabotaje, la política pasa por unificar la flota y racionalizar horarios y frecuencias para ahorrar cos­tos”.


En relación a los técnicos de Austral, los funcionarios argen­tinos declararon a la prensa que “si son desvinculaciones volun­tarias y la gente se va a la casa con un buen cheque, no hay pro­blema”. Para De la Rúa y Machi* nea no hay problema en que 1.200 trabajadores más se vayan a la casa y que les rebajen el sueldo a los que quedan.


Las direcciones sindicales de Alicia Castro, de Basteíro y de Técnicos Aeronáuticos dijeron siempre oponerse al plan director, pero han desmovilizado por completo a sus bases. Un plenario general de delegados de los seis gremios aeronáuticos (toda­vía unidos) resolvió una Asam­blea General aeronáutica, de los 6,000 trabajadores involucra­dos, y jamás se hizo. La fecha quedó en manos de las direccio­nes y no la convocaron nunca.


Hay que arrancar esa asamblea. Impulsemos plenarios de delegados de todos los gremios para que la preparen. Abramos el debate por una salida de los trabajadores a la crisis. La crisis política del gobierno puede ser aprovechada a condición de una intervención política y de lucha de los trabajadores, independiente de las variantes de la patronal que rompa la estafa de la privatización y quiebre definitivamente el compromiso del gobierno con el imperialismo.


No al plan de desmantelamiento de las rutas y la línea de bandera. Ninguna reducción de personal. Ninguna rebaja sala­rial. Defensa de los convenios. Que el Estado español se haga cargo de la deuda. Apertura de los libros a los trabajadores.