Políticas

21/8/2020

Florencio Varela: la locomotora bonaerense precarizada

El plan que Kicillof prepara junto a Scioli fomenta super ganancias para las empresas bonaerenses y para el Banco Provincia.

Dentro de las empresas ya beneficiadas se encuentra Gri Calviño como si fuese una mini pyme. Esta empresa es la industria que provee molinos eólicos a todo el país. También lanzó su primera exportación a EE.UU. los primeros días de agosto gracias a este impulso de recuperación post pandemia financiada por Fondos de Garantía de Buenos Aires (Fogaba), compuesta por cámaras empresariales que representan a las MiPyMEs bonaerenses. Esta entidad pactó un acuerdo con el Banco Provincia anunciado el 28/4 de este año.

Esta industria metalúrgica está radicada en Florencio Varela y sus trabajadores vienen enfrentando graves provocaciones por parte de la patronal desde enero de 2020 por desacuerdos salariales a la baja, eliminación de convenios y sobrecarga laboral. En febrero recrudece el conflicto pero los trabajadores lograron imponerse provisoriamente a través de  la Secretaría de Trabajo de Quilmes que intervino favorablemente. En Marzo logran también imponer la cuarentena a la patronal para los trabajadores de riesgo.

Sin embargo, todas estas luchas de los trabajadores de Gri Calviño, basadas en aprietes, provocaciones e intentos de flexibilizar su convenio por parte de la patronal no respondían a la posible quiebra o caída de la rentabilidad de la planta metalúrgica si no a la avanzada de su incremento porque mientras los trabajadores luchaban para que no le rebajen su salario el presidente de Gri Calviño, Gastón Guariño, ya tenía preparada la operación millonaria de la financiación de la planta por parte del gobierno de la provincia, y así lo reveló: “el proyecto de producción y comercialización al exterior se inició a finales de febrero de este año y ahora se encuentra dando sus pasos finales. De hecho, se está realizando la primera operación en puerto” (Energía estratégica, 29/7).

La planta no solo se ha beneficiado de un crédito financiado para la compra de maquinaria (Ámbito, 30/7 ) del Fogaba-Bapro si no también con salarios ATP. Más que un proyecto de industrialización nacional es un proyecto de suba de rentabilidad a las empresas privadas que comienzan a ser impulsadas por el Estado ya que éstas obtienen un incremento en sus ganancias gracias a la donación que éste brinda de las cajas que pertenecen a la población trabajadora.

Lo de Gri Calviño es solo uno de los ejemplos que se pueden citar de cómo se está incrementando la ganancia de los capitalistas gracias al vaciamiento del Estado y se explota a los trabajadores con la vista gorda de la burocracia sindical y del gobierno.

Ahora Kicillof junto a Scioli de la mano del Banco Provincia preparan nuevos impulsos de exportaciones “un espacio de reuniones comerciales virtuales creado para potenciar las exportaciones bonaerenses y brindar a las empresas nuevas oportunidades de negocios en mercados vecinos, como Brasil, Uruguay y Chile” (Ámbito, 20/8 ). Veremos cuáles serán las próximas empresas beneficiadas en base a estos acuerdos. Hasta ahora una de las potenciales inversiones que el Estado va impulsar a consta de nuestro endeudamiento y a favor del gran capital es LCV, también radicada en Florencio Varela. La sede del Grupo LCV, que brinda servicios de estudios de geología e ingeniería para la industria del petróleo, del gas, la minera y la hidrogeológica para toda América Latina. En ese marco, Kicillof destacó la importancia del rol de la Provincia en la industria petrolera “con empresas que analizan muestras, mejoran la capacidad de extracción y generan riquezas”.

Sobre estos hechos, podemos anticipar cómo va a encarar la deuda Kicillof con los bonistas. El viernes 14/8 pateó para adelante la reestructuración de 7.000 millones de dólares y encima acaba de tomar otros 500 millones de dólares de deuda acordados con Juntos por el Cambio. La mejor propuesta que puede hacer, en términos capitalistas, es garantizar la rentabilidad de las patronales y favorecer las exportaciones para poder pagarles a ellos y los bancos prestamistas con las retenciones que el Estado pueda hacer de ellas. Todo esto pagado con trabajo precarizado, a la baja y desocupación que garantice el recambio de los trabajadores y la aceptación inevitable de las pésimas condiciones laborales. Este es el verdadero plan que se deja entrever. No hay recuperación pospandemia para los trabajadores pero sí para los bancos, las patronales y los bonistas.

Este camino es evitable si podemos intervenir de conjunto como un solo puño contra las burocracias sindicales para darle una salida independiente de los trabajadores.