El asesinato del joven Brian puso de manifiesto, una vez más, que el pueblo trabajador de la Ciudad vive a merced de las mafias del crimen organizado, el narcotráfico, los talleres clandestinos y la trata de personas. 

Se trata de negocios ilegales, altamente lucrativos, que ocurren a la vista de todos y a plena luz del día.

El hartazgo y la indignación popular que se manifestaron frente a la comisaría 38 son el resultado de la comprensión, por parte de la ciudadanía, de que estos hechos sólo pueden ocurrir con la complicidad y el amparo del Estado y su policía, la corrupta Federal, que libera las zonas.

El aumento de la inseguridad no puede separarse de la descomposición de las propias fuerzas policiales, involucrada hasta la médula en la organización del delito. 

En las últimas semanas fueron procesados policías y hasta comisarios de distintas seccionales de la Federal por proteger prostíbulos, secuestradores y pedir coimas a cambio de permitir todo tipo de delitos. Por las zonas liberadas para los robos reciben el tributo las cajas negras de la policía.

La creación de la Policía Metropolitana fue presentada como una tentativa de terminar con la corrupta Federal. Pero la creación de la nueva Policía de la Ciudad, aprobada con los votos de los legisladores del PRO, Lousteau y el kirchnerismo, es el resultado de un pacto con toda la estructura mafiosa de la Federal, sus cajas negras y el manejo discrecional de adicionales. Tanto es así que Rodríguez Larreta desistió de poner un “civil” al frente de la nueva fuerza y nombró a José Potocar, un “Federal” que fue el director de todas las comisarías de la Ciudad; o sea, al jefe de los comisarios sospechados.

Con la nueva Policía se recicla a corruptos y se refuerza a represores. Ninguna solución puede esperarse de ellos. La descomposición policial no resulta de una o varias manzanas podridas. Es un Estado orientado al delito, con fuga de capitales, evasión, pago de la fraudulenta deuda externa y la corrupción en la obra pública. Y que luego “blanquea capitales” para sus socios, amigos, y ahora, familiares. Con el “blanqueo”, el narco, la trata y el delito organizado son una fuente más de recaudación. Un régimen social que necesita del delito para sostenerse no tiene nada que ofrecer a la población trabajadora.

El Partido Obrero en el Frente de Izquierda apoya la movilización contra las mafias y su amparo estatal. Exigimos la investigación a fondo de todos los responsables policiales y políticos de estas zonas liberadas. Destitución inmediata de las cúpulas corruptas de la Policía. Apertura de los libros de las comisarías al control popular, a través de asambleas de vecinos y trabajadores y organizaciones de Derechos Humanos.