Políticas
2/2/2022
FMI: el kirchnerismo improvisa para desmarcarse pero no tiene un plan alternativo
Leopoldo Moreau y su cantinela sobre el default.
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Leopoldo Moreau
La renuncia de Máximo Kirchner a la presidencia del bloque de diputados del Frente de Todos no vino acompañada de un plan alternativo al acuerdo con el FMI ni derivó en ningún intento por parte del kirchnerismo de movilizar a la población contra esta entrega que dicen rechazar.
Lo mismo vale para las recientes declaraciones realizadas por el diputado kirchnerista, Leopoldo Moreau, quien arremetió contra Guzmán reprochando que “se nos fue todo el saldo comercial entre el pago al Fondo sin acuerdo y el pago a los acreedores privados”. Una acusación cierta, pero auto incriminatoria en la medida que el propio Moreau no denunció este saqueo en tiempo real; por el contrario, votó en el Congreso, al igual que sus compañeros de bloque, la Ley de Sostenibilidad de la Deuda Pública, piedra basal de toda una orientación al servicio del rescate de la misma, tarea para la cual fue conformado el Frente de Todos. Resulta una impostura considerando que el kirchnerismo promovió activamente que se le pagara al Fondo cada uno de los vencimientos, al punto tal que la propia Cristina Kirchner dio su aprobación para que se utilizaran los DEGs en el pago al FMI, en lugar de que esos recursos fueran a paliar los efectos de la pandemia.
A su vez, Moreau aseguró que “si suspendíamos los pagos, (Guzmán) no hubiera llegado con la lengua afuera y casi sin dólares al tramo final de la negociación y eso es lo que nos ha impuesto el acuerdo, que está lleno de peligros”. Como vemos, el diputado saca de la galera una estrategia defaulteadora y la presenta como una mejor opción frente a los condicionamientos de ajuste que supone el principio de acuerdo arribado con el FMI. Pero la suspensión de los pagos al FMI, sin el acompañamiento de un programa integral basado en el repudio soberano de la deuda y de hacerse con los resortes estratégicos de la economía nacional -como el comercio exterior y el sistema financiero- solo hubiera acentuado la corrida cambiaria y la fuga de capitales. Finalmente, la “alternativa” que propone Moreau es escoger cianuro en lugar de cicuta.
También provino de este ala del oficialismo el planteo de caer en cesación de pagos con el FMI y recurrir a China para obtener financiamiento. Algo que no tenía ningún asidero en la realidad puesto que hasta el gobierno chino reclamaba que Argentina cerrara un acuerdo con el Fondo Monetario como condición para invertir y otorgarle créditos al país.
Lo cierto es que el kirchnerismo teje una cortina de humo mediante improvisaciones, ensayando un relato acerca de la supuesta inocuidad de ir a un default, etc. con el objetivo de pagar lo menos posible el costo político del ajuste venidero. Ahora bien, no saca los pies del plato. Moreau mismo, luego de advertir sobre lo ruinoso del acuerdo en puertas, aclaró que no tiene intención de votarlo en contra sino que pretende hacerle algunas modificaciones antes de su tratamiento en el recinto. En definitiva, “mucho ruido y pocas nueces”, lo cual alimenta el optimismo que invade a Sergio Massa y al nuevo jefe del bloque del Frente de Todos, Germán Martínez, quienes en las últimas horas expresaron que no creen que peligre la aprobación de dicho acuerdo en el Congreso.
Este accionar obedece a que no está en los planes del kirchnerismo romper con el FMI e impulsar un rumbo antagónico. Por el contrario, pactar con el organismo cumpliendo con todas sus exigencias es un rasgo constitutivo de esta corriente política. Comenzando por Néstor Kirchner, que bajo su gobierno arregló con el Fondo -en lo que ahora Álvarez Agis evalúa como un “acuerdo peor que el actual”- antes de pagarle en efectivo casi USD 10 mil millones. Esta orientación, lejos de haber ubicado a la Argentina en una posición soberana, significó un vaciamiento de las reservas del Banco Central en beneficio del capital financiero, lo cual derivó en la aplicación del cepo cambiario en 2011 para seguir destinando las divisas disponibles en el pago de la deuda. A diferencia de la actualidad, entonces contaban con un ciclo internacional favorable, derivado del acople chino-norteamericano. Ahora, Alberto Fernández se dispone nuevamente a rescatar una hipoteca ilegítima, supeditando el destino del país a los dictámenes del imperialismo, en un cuadro de crisis y guerra comercial.
Esta continuidad fue puesta de relieve por Tolosa Paz en su cuenta de Twitter, donde publicó que “una vez más el peronismo resolviendo la deuda de nuestro país con el FMI”. Lo que enorgullece a la diputada es, bien mirado, el retrato de un nacionalismo burgués incapaz de desenvolver cualquier perspectiva emancipatoria. Por otro lado, cabe destacar que ni Kirchner antes ni Fernández ahora “resuelven” la deuda, porque su naturaleza impagable nos conduce sucesivamente al default y a contraer nuevos préstamos, configurando un callejón sin salida. Sobra decir que los platos rotos de esta política inviable los pagamos los trabajadores, con más ajuste y miseria.
La demostración palmaria de que Máximo Kirchner y compañía no llevarán adelante una oposición consecuente al acuerdo que hoy critican es que no llaman a enfrentarlo en las calles. En cambio, desde el campo de la izquierda y los trabajadores apostamos a derrotarlo por medio de la lucha y en esa dirección se inscribe la convocatoria del 8 de febrero para copar la Plaza de Mayo.
Es a través de la movilización popular que podrá prosperar un verdadero plan alternativo, de ruptura con el FMI, repudio de la deuda usuraria y nacionalización bajo control obrero de los recursos estratégicos -banca, comercio exterior, industria energética-, en función de terminar con la fuga de capitales, recapitalizar el Banco Central y verter el ahorro del país en el desarrollo productivo y en dar respuesta a las necesidades sociales.
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