Políticas

20/2/1996|482

‘Fondos Reservados’ Salarios de Hambre

Cavallo no sólo adiciona a sus ingresos el salario que le pagan los capitalistas de la Fundación Mediterránea, sino que además mete la mano en el presupuesto público y hasta se permite especular con los bonos que él mismo emite de común acuerdo con los grandes bancos internacionales.


Esta misma utilización de ‘fondos reservados’ realiza la camarilla menemista y la totalidad de los ‘representantes’ que votan en el congreso nacional esos ‘fondos reservados’.


¿Por qué sorprenderse, entonces, de que gobiernen y legislen en contra de los más elementales intereses del pueblo?


Pero hay algo más, porque es todo el sistema de explotación capitalista el que opera sobre la base de los ‘fondos reservados’. ¿O acaso alguien sabe cuánto ganan los Macri, Pérez Companc, Roggio, Citibank, cuando sistemáticamente atacan lo que ellos llaman los ‘costos laborales’, que no son otra cosa que los salarios, o la legislación laboral, que no es otra cosa que una protección contra los abusos capitalistas y una defensa de la salud y de la vida del trabajador?


“No podemos competir con estos salarios”, ‘lloran’ los capitalistas mientras sus ‘fondos reservados’ crecen sin parar. Es para guardar el precioso secreto del monto de estos fondos que se obtienen de la explotación de los trabajadores, que los capitalistas se oponen a la democrática consigna de que se abran las cuentas del Estado y de los capitalistas.


El reciente acuerdo con el FMI no es otra cosa que un plan para acumular ‘fondos reservados’ para pagar la creciente deuda externa a costa del sacrificio de los trabajadores. Impone mayores impuestos al consumo, despidos masivos, cierre de escuelas y hospitales, y hasta impone la contratación de una mayor deuda externa, todo esto para pagar los intereses y el capital de la deuda que se vence. La bancarrota de las provincias, que deben 15.000 millones de dólares, y el déficit del Estado nacional, que sobrepasa holgadamente los 10.000 millones de dólares, le sirven al FMI y a Menem-Cavallo para montar una política de mayor hipotecamiento, que obligue a entregar hasta el último de los activos nacionales y que lleve el promedio salarial de la inmensa mayoría de los trabajadores a los 200 pesos.


Es precisamente esto lo que establece el convenio Fiat-Smata, que se proyecta extender a toda la industria automotriz y metalúrgica. Este convenio establece como tope un salario de 400 pesos, cuyo 50% corre a cuenta del ANSES bajo el pretexto de que se trata de un contrato de aprendizaje o capacitación laboral. La Fiat puede pagar 1.000 dólares en Italia o la General Motors 4.000 dólares en Estados Unidos, ¡pero en Argentina sólo serían competitivas con salarios de 200 dólares!


No les pidamos que abran las cuentas, sin embargo, porque se trata de ‘fondos reservados’.


Es claro que es necesaria una acción nacional para acabar con el régimen de los ‘fondos reservados’. Este debe ser el objetivo de un paro nacional; un salario  mínimo igual al costo de la canasta familiar, de 1.000 pesos; un subsidio mínimo al desocupado de 500 pesos; una jubilación mínima de 450 pesos.


Estos reclamos constituyen un programa de iniciativa política para los trabajadores, que hoy se encuentran retrocediendo en el marco de luchas aisladas, detrás de objetivos que no abren nuevas perspectivas.