El gobierno de Gildo Insfrán convocó a las elecciones provinciales para el próximo 25 de junio. Formosa pasa así a formar parte del gran lote de provincias que se separan de las nacionales por el temor a perder votos si van pegados a la candidatura presidencial del FdT, con la certeza que, a medida que pasen los meses, la situación irá empeorando.

Las elecciones tendrán lugar en medio de una grave crisis económica: crece la pobreza y la indigencia de la mano de la inflación, los tarifazos y los salarios bajos.

Por el oficialismo, el gobernador Gildo Insfrán va por su octavo mandato, con 28 años frente al gobierno y 36 en el poder. El saldo social de su gobierno es nefasto: pauperización de la población, corrupción, éxodo de la juventud, avance del narcotráfico, vaciamiento presupuestario de la educación y salud pública, daños ambientales, crisis habitacionales y entrega de los recursos naturales. Estos son, entre otros, los motivos que explican el atraso en la provincia.

Con el transcurrir de los años, Insfrán instaló un régimen totalitario de poder. Con la caja del Estado disciplinó al Poder Legislativo, Judicial y a los intendentes. Pero también a las cámaras empresariales, colegios de profesionales y a la sociedad rural. A las conducciones de la CGT y la CTA las cooptó y hasta las integró al gobierno. El pasado 1° de mayo, el propio Insfrán inauguró la nueva sede de la CGT, un enorme edificio construido con el aporte integral del gobierno. Pese a ello, y como la crisis va calando, surgen focos de luchas como la de los tanineros con mas de 100 días de huelga por recomposición salarial, la de los docentes agrupados en el GDA, los constantes paros de choferes de colectivos, y, por supuesto, la incansable lucha del Polo Obrero por el derecho al trabajo y contra el hambre en la provincia.

Debemos decir también que la gran mayoría de las organizaciones sociales, por fuera de la Unidad Piquetera, está cooptada por el gobierno. Aún así, el régimen que encabeza Gildo Insfrán muestra signos de agotamiento y de incapacidad para sacar adelante a la provincia y a la población. Este agotamiento se percibe como un hartazgo en un sector creciente de la población.

La oposición por derecha

El “Frente Amplio Formoseño”, que está conformado por JxC, Bogadistas y otros sectores, cerró la candidatura a gobernador al exjuez federal Fernando Carbajal, un acuerdo basado en la distribución de cargos carente de un programa alternativo al de Insfrán.

Sin embargo, que no se distinga de Insfrán para nada quiere decir que no tenga un programa de gobierno, lo tienen y ya lo conocemos. Hablar de un gobierno del Frente Amplio es hablar de un gobierno a lo Macri. Es decir, la continuidad del programa del FMI, que es el ajuste a los trabajadores y jubilados, más precarización y menos derechos laborales; y, por supuesto, profundizar sus reformas antijubilatorias.

Paoltroni, un capitalista al acecho

A la danza de candidatos procapitalistas, entre peronistas, radicales y macristas hizo su aparición en la vida política Francisco Paoltroni, quien de entrada se puso el saco de candidato a gobernador. Fue consignatario de hacienda, actividad que, al parecer, lo llevó a amasar una buena fortuna. El candidato es un promotor de la siembra de lo transgénico como la producción de la soja. Queda claro que el modo de producción que propone Paoltroni es sobre la base de la contaminación del ambiente, el empobrecimiento y la expulsión de los pequeños productores de sus tierras.

Ahora, este capitalista del agro logró, con un gran presupuesto invertidos en los medios y con prácticas clientelistas, instalar su candidatura en la provincia.

Desde el “Frente Amplio” lo han tentado a que integre ese espacio, pero resignando su candidatura a gobernador. Por su lado, Paoltroni exige ser él quien encabece esa unidad. Su carta política sería presentar su candidatura como “lo nuevo contra lo viejo”, como si eso por sí solo implicara algo progresivo. Sin embargo, estaría dispuesto llevar en su lista como candidatos a intendentes a diferentes personajes de trayectoria, como por ejemplo, la exgildista Neme, devenida opositora en los últimos años.

Paoltroni, como buen especulador, no quiere pronunciarse por algún candidato nacional, no quiere quedar mal parado con ninguno. Sin embargo, ya se reunió con todo el espectro opositor de derecha -Milei, Larreta y Bullrich-; toda una definición en sí misma. Es decir, Paoltroni pretende sacar adelante a la provincia de la mano de los que endeudaron al país con el FMI y que hoy les exige acelerar el ajuste, reducción de los presupuestos en diferentes sectores del Estado, devaluación de la moneda y recortes en la asistencia en los sectores populares. Todas medidas que nos llevarán a la recesión económica y a profundizar la crisis. De esta forma, el candidato nuevo, lejos de hacer historia, solo pretende repetirla para que la crisis la paguemos los trabajadores.

El Partido Obrero y la construcción de una herramienta política

Frente a un gobierno y una oposición comprometidos con el ajuste del FMI se levanta el Partido Obrero, con el Frente de Izquierda, llamando al conjunto de las y los trabajadores y luchadores a impulsar una alternativa política que se plante contra el empobrecimiento de la clase trabajadora y presente una salida de conjunto a la crisis.

Desde nuestras filas, y contando con un mayor desarrollo territorial en el interior provincial de la mano del Polo Obrero, renovamos nuestros empeños y energías para seguir construyendo un partido en defensa del conjunto de la clase trabajadora, de ocupados y desocupados. ¡Fuera los candidatos capitalistas! En las próximas elecciones llenemos las urnas de votos contra el ajuste en la perspectiva de un gobierno de los trabajadores.

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