Políticas

7/7/2007|898

Franco Espinosa II


El día 18 de abril, a la madrugada, muere Franco Espinosa, compañero del barrio Kanmar de Almirante Brown.


 


Franco, un joven luchador de 24 años, supo enfrentarse al Estado y a la Policía en piquetes y marchas, organizándose con el Polo Obrero.


 


Franco, un joven desocupado, uno de tantos que este sistema deja sin esperanzas y sin futuro, estaba en pareja esperando un hijo; fue delegado del barrio, hacía changas porque todavía no cobraba el plan, y estaba tratando de formar una familia que lo contuviera.


 


Franco se quitó la vida. Una vida que para nosotros vale mucho y que para ellos, los capitalistas, no vale nada. Y tan poco vale para ellos, que Franco con todos sus signos vitales pudo ver cómo se desangraba mientras apretaba una mano, y todos los vecinos desesperados llamando a la Policía, a los bomberos, a los hospitales por una ambulancia, a alguien que los socorriera… Tardaron casi una hora en venir, y en esa hora se hizo irrecuperable la vida de Franco.


 


Al fin, un auto de una vecina llegó y lo trasladaron rápidamente al hospital. Al rato llegó un patrullero y el camión de bomberos, que fueron apedreados por todos los vecinos por tanta indignación ante la demora.


 


“Cuando quieren venir rápido, vienen estos guachos”, “son todos una mierda, para ellos nuestra vida no vale nada”, “los médicos dijeron que si llegábamos 20 minutos antes podrían haber hecho algo”, “los putié en la comisaría por abandono de persona”, nos decía Cholo, el cuñado de Franco, otro joven luchador y delegado del barrio.


 


El municipio no se quiso hacer cargo del sepelio, entonces se hizo una colecta, fueron surgiendo las manos solidarias… Es que tanto dolor nos causa que pasen estas cosas, que alguien termine así con su vida, mientras la burguesía prolonga hasta más no poder la vida de su clase.


 


Ni mil de nosotros vale uno solo de ellos. Para ellos somos basura, negritos, vagos, malentretenidos, ladrones, revoltosos, putas y pecadores… y nuestro único “pecado” es haber nacido pobres.


 


Compartimos el dolor con los compañeros del barrio y con la familia de Franco. Desde la organización y desde nuestra lucha cotidiana para acabar con este sistema de explotación, un abrazo solidario, ese que tanto necesitamos en estos momentos difíciles.


 


Hasta la victoria final.