Políticas

11/5/2006|945

¡Fuera Cobos!

Nos hambrea y nos mata


La criminal acción de la Policía Provincial contra pobladores de Perdriel, en Luján de Cuyo, que buscaban carbón de un tren carguero para calefaccionarse en el invierno, es la expresión más acabada de este gobierno.


 


El asesinato a sangre fría de un chico de 14 años y las heridas de bala propinadas a otros (incluyendo un niño de año y medio) es el caso más escandaloso pero no el único de gatillo fácil de la Policía de Cobos, la misma que el año pasado fusiló a un metro de distancia al jugador Azcurra ante las cámaras de televisión de todo el país.


 


Ante la crisis sanitaria, el gobernador responde con una provocación tras otra. A los golpes policiales a dos delegados gremiales en la Legislatura, le siguió el ilegal descuento de los días de paro, y luego los golpes y amenazas a trabajadores de la salud de patotas perfectamente organizadas. Lo mismo hizo con los trabajadores municipales de Capital, que fueron agredidos por una patota mientras manifestaban por aumento salarial.


 


La Dirección General de Escuelas pidió a los directivos listas con nombres de los alumnos con “tendencias izquierdistas” en plena lucha por la provisión de gas en las escuelas.


 


La persecución y encarcelamiento a militantes opositores que hacen proselitismo en el centro de la ciudad es moneda corriente.


 


La represión oficial y no oficial parece ser el único método que conoce Cobos para enfrentar los reclamos y acciones, por demás justos, de la población trabajadora.


 


El Partido Obrero señala como responsable político del asesinato del joven Mauro Morán al Gobernador de la Provincia, y plantea la formación de una comisión independiente formada por familiares de las víctimas, organizaciones populares y de derechos humanos para que investigue estos hechos hasta las últimas consecuencias y se castigue con la cárcel a los autores materiales e intelectuales.


 


La permanencia de Cobos en el gobierno pone en riesgo las libertades democráticas y la vida de las personas. El gobernador tiene que renunciar.