Fuera el gobierno de las IBM
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Las declaraciones ante el juez de un ex director y de un director en ejercicio del Banco Nación, son terminantes: Cavallo ‘sabía’ del contrato con IBM, lo que significa que lo autorizó y, por lo tanto, antes, lo confeccionó.
En este contrato hay un fraude ‘menor’ por coima, de 35 millones de pesos, y otro mayor, de sobreprecio, por más de cien millones. Cavallo ordenó su anulación sólo cuando no pudo controlar más el conocimiento de las pruebas del negociado y, aun en esta circunstancia, lo ha hecho para renegociar el contrato e intentar salvar la presencia de IBM en el ‘mercado’ argentino.
Tanto o más grave es la estafa de la DGI, incluida la ANSeS, porque aquí los sobreprecios de los contratos informáticos podrían llegar a los 400 millones. Hay que agregar que, en casi todas las provincias argentinas, se aplicó una ‘reforma (informática) del Estado’ similar.
Por mucho menos que esto, en Brasil procesaron a Collor, en Venezuela encarcelaron a Andrés Pérez, en Ecuador condenaron al vicepresidente de la República que se encuentra prófugo, en Italia condenaron a Craxi y a Andreotti. Sólo el colombiano Samper, vinculado al narcotráfico, tiene una situación más comprometida.
Es la hora de recordar, también, que en el ‘affaire’ IBM se encuentra comprometido Cattáneo, asesor de Kohan, secretario de Menem. Si Cavallo lo permitió y lo confeccionó, Menem ‘no lo ignoraba’.
La oposición, sin embargo, sigue jugando a hacer de la ciudad de Buenos Aires una ‘reserva ecológica’, que quedaría protegida como una isla de la Argentina de la desocupación en masa. No llama a ganar las calles ni siquiera para impulsar su pobre consigna ‘contra la corrupción’, porque supone, y teme, que los grandes capitales continúan apoyando al dúo de la ‘convertibilidad’.
Obedece, no al soberano, sino al presidente del FMI, Michel Camdessus, quien hace poco desembarcó en Buenos Aires para exigir que cese el ‘acoso judicial’ contra ‘el ministro’.
El pueblo debe reclamar el enjuiciamiento y la cárcel para Cavallo y para todo el gobierno, no solamente por corrupción. El régimen Menem-Cavallo es el instrumento político de la mayor ofensiva antiobrera y antipopular que registra la historia. Debe pedir la cárcel, no para reparar la moral ofendida o al Tesoro nacional, sino para acabar con una política y con todos los instrumentos y condiciones que la viabilizan.
Asistimos a la evidencia de un inmenso robo nacional en el momento en que millones de trabajadores argentinos pasan miseria y muchos otros millones, además, hambre. El pueblo que se moviliza todos los días por sus reivindicaciones debe añadir la reivindicación nacional del juicio y la cárcel para todos los responsables de la estafa IBM-Estado nacional- provincias, y la expulsión de este ignominioso gobierno antinacional.