Políticas

3/2/1993|382

Fuera el impuestazo de Rousselot

El Concejo Deliberante y el ejecutivo municipal despidieron 1992 con un nuevo ataque a la población de Morón.


El 15 de diciembre, el Concejo Deliberante aprobó la creación de cuentas especiales desti­nadas “al mejoramiento del sistema sanitario” y “para cubrir los gastos por recambio de luminarias”. Entre ambas “cuentas “el aumento en las tasas de alumbrado, barrido y limpieza será del 35%. El incremento podría ser mayor si se “agrega el 26% de suba en las valuaciones dispuestas por la provincia en el impuesto inmobiliario para 1991, quedando aún pen­diente la valuación fiscal en 1992, que de aplicarse haría que el aumento de las tasas trepe casi al 100%” (El Diario en Morón, N2 41).


Lo de las “cuentas especiales” es puro verso. Por ejemplo: los contribuyentes de la comuna aportan un plus del 10% sobre el impuesto mu­nicipal que va a la “cuenta” del Fo. Sa.Hi. (Fondo de Saneamiento Hídrico). Pero este fondo fue desviado en tres oportunidades para el pago a proveedores, Edenor, etc., con el consiguiente deterioro de la situación hídrica de la región. Con estos antecedentes ya podemos adelantar el des tino que van a tener las “cuentas pertenecien­tes a salud y luminarias”. Seguramente la “salud” de los proveedores estará bien cuidada


“Las cuentas no cierran”, afirman los funcionarios municipales, reconociendo que la deuda de la comuna supera los 26 millones de dólares (En diciembre de 1991 la municipalidad tenía un déficit de 10 millones de dólares). Esto a pesar de los más de 1 100 despidos producidos.


Al mejor estilo Grosso, las prebendas a la patria contratista, a través de licitaciones y con­tratos, y la evasión impositiva de los grandes capitalistas de la zona son las causas del déficit municipal. Todos los servicios privatizados (pro­visión de camiones para la limpieza pública, reparto domiciliario de impuestos) le cuestan a la comuna mucho más ahora que cuando los realizaba ella misma. El caso de la recolección de residuos llegó a desatar un escándalo cuando una de las em­presas licitantes impugnó el proceso calificando al contrato de “gravoso” ya que las sumas pro­puestas por el pliego “exceden en mucho lo que generalmente se paga” Si de evasión de im­puestos se trata, un caso testigo es La Cantábrica, donde las deudas fiscales son millonarias.


El gobierno de Rousselot es el representante político de la patria contratista y los grandes capitalistas (quienes respaldaron su reelección) y en este sentido su política es clara: seguir ajus­tando la tuerca a los contribuyentes y liquidar servicios públicos esenciales (salud, educación, agua, cloacas) para aumentar la recaudación y tapar los “agujeros” es decir las prebendas y negociados


Morón tiene el “privilegio” de ser uno de los distritos que paga máscaras los impuestos. El PO plantea anular el impuestazo de Rousselot, lejos de aumentarse, las tasas podrían bajar si se atacan las causas del déficit: anular los contratos y licitaciones, desconociendo las deudas con los pulpos que vienen chupando la sangre de) pueblo de Morón. Exigir la apertura de los libros de la municipalidad y el cobro compulsivo a los grandes evasores impositivos del distrito. Es necesario un inmediato plan de cloacas y agua para todo Morón, financiado totalmente por el municipio bajo el control y fiscalización de los vecinos y sus orga­nizaciones. Es con este planteamiento que el PO ha lanzado una campaña de esclarecimiento en las barriadas.