¡Fuera Ibarra! Asamblea Constituyente en la Ciudad de Buenos Aires
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La respuesta mayoritaria de quienes pasaban por nuestra mesa permanente de José León Suárez y Ramón Falcón, ante el titular de tapa de Prensa Obrera (“Ibarra debe renunciar”), era: “Ese no va a renunciar”; lo que revela la convicción de mucha gente acerca de que hay que echarlo para imponer nuestra salida. Si no, ellos “encontrará(n) la oportunidad para cesarlo en sus funciones en su medida y armoniosamente” (J.A. en PO Nº 883).
¡Fuera Ibarra! Asamblea Constituyente en la Ciudad de Buenos Aires. Esa es la consigna. No “Ibarra debe renunciar”. ¿Por qué?
Al contrario de lo que decimos en el recuadro de tapa de PO Nº 883, a saber: “Esto (la política criminal del GCBA no se puede ocultar más con conferencias de prensa) lo han comprendido incluso los jefes políticos de los legisladores porteños y por sobre todo el gobierno nacional. Por eso han coincidido en montar una interpelación a Ibarra en la Legislatura, cuyo guión ya está escrito”. Al revés de esto, lo que existe es la seguridad de que no se deben “hacer olas”. Por eso no hubo interpelación; por eso Ibarra después de sus declaraciones mediáticas de ocasión, está “borrado”; por eso el garrote y la zanahoria dirigidos por el gobierno y los medios a los manifestantes (se vió a funcionarios de la segunda línea de Ibarra en la movilización del lunes 2/1, se “entregaron” varias cabezas de funcionarios del área de seguridad del GCBA, se reprimió la movilización del jueves 5/1). Es decir que la consigna del Estado es, como dice J.A., “...salvar al intendente y evitar, a tres años del Argentinazo, una crisis política en la ciudad que fue su principal escenario”.
Pero... así como el Argentinazo fue el desenlace de la crisis abierta seis meses antes con el escándalo de las coimas en el Senado... ¡la crisis está instalada!: la legislatura dividida, el intendente escondido, “K” metiendo la pata cuando no habla y cuando habla, todos coqueteando con los familiares y amigos, y reprimiéndolos. Y todo esto “cuando las manifestaciones comienzan a levantar ahora la consigna de ‘que se vayan todos’, no sólo revelan(do) con ello que la conciencia subjetiva del Argentinazo no se ha apagado sino, por sobre todo, que el régimen que produce los argentinazos sigue ahí, más podrido que nunca” (J.A, ídem).
Ahora bien, es cierto que las movilizaciones no son de una gran masividad, pero han crecido en número y calidad. Bastaría que un sector de los familiares y amigos se propusiese profundizar la lucha y acercarse a la ANT, para que el grano en el culo de Ibarra se transforme en un enorme cohete. Es verdad que el “clamor popular” no logró tirar a Ibarra. Tan cierto como que “por ahora”.
(Nota: todas las bastardillas son mías).