Después de dos años y medio, la Prefectura nacional dejó su lugar en La Cava a la Gendarmería. Para “combatir la delicuencia” instaló una garita, montó su base en un campo municipal aledaño y armó retenes alrededor de todo el barrio. Ya hizo razzias por los pasillos del barrio aterrorizando a la juventud.

 

Como los prefectos, la Gendarmería viene a perseguir,amedrentar y arrestar a los vecinos. Viene a tratar de ahogar los reclamos populares como en Las Heras. A los trabajadores, la única respuesta que dan Posse y Kirchner son palos.

 

El Estado, poco a poco, militariza el Conurbano con el cuento de la inseguridad. Se prepara para una nueva rebelión popular, para que las olas de explotados esta vez no lleguen al centro político del país. Frente al aparato represivo de las patronales, organicemos la autodefensa de los trabajadores.