Fuera Markovicy la intervención menemista
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El anuncio del interventor del PAMI, Bramer Markovic, de privatizar las prestaciones médicas que aún brinda el Instituto, deshacerse de las prestaciones sociales y despedir entre 4 mil y 6 mil trabajadores, ha creado una verdadera conmoción en todo el país. Movilizaciones de trabajadores de PAMI y jubilados, con cortes de calles y la ocupación de algunas sedes de Capital y conurbano por los jubilados que se quedan sin prestaciones, han ganado los medios de comunicación y son apoyadas por el grueso de la población.
El proyecto ‘de Markovic’, un hombre del Consejo Empresario, para ‘poner en caja’ la obra social, ha sido diseñado totalmente por el Banco Mundial, que financia y monitorea directamente el operativo (tienen oficinas en el PAMI). Incluye, en primer lugar, contratar con prestadores privados la atención de médicos de cabecera, el servicio de ambulancias y los medicamentos para pacientes ambulatorios, prestaciones que hoy brinda directamente el Instituto. Los privados prestan, actualmente, servicios de internación, especialidades y estudios y tratamientos de alta complejidad. Markovic estima contratar todo el paquete por 30 a 40 pesos mensuales por afiliado (cápita), lo que redundará en un fuerte recorte de la cantidad y calidad de la atención. En segundo lugar, transferir a la Secretaría de Desarrollo Social, todas las prestaciones sociales que hoy se otorgan. A saber, subsidios económicos para necesidades básicas de los más carenciados; comedores y bolsones de alimentos para jubilados de haber mínimo (Programa Pro Bienestar), cobertura médica para mayores de 70 años sin cobertura social y de escasos recursos. Se desconoce con qué recursos, la Secretaría de Amadeo cubrirá esas prestaciones.
Con estas medidas, más la liquidación de los Policlínicos propios de Rosario, la transferencia de 6.000 empleados, médicos y asistentes sociales al Fondo de Reconversión Laboral (despidos) y la renegociación de contratos con prestadores médicos y farmacéuticos, piensan reducir a 150 millones el gasto actual de 235 millones mensuales (Clarín, 26/10). El ‘ahorro’ irá al pago de la deuda pública. Una transferencia neta de 30 millones mensuales del bolsillo de los trabajadores a las arcas de los pulpos acreedores y la privatización global de la obra social. El ‘factor de ajuste’, el deterioro de la atención médica de los jubilados y la fuente de trabajo de 6.000 familias trabajadoras.
Maniobra
Como producto de la agitación popular creada y la crisis política general, el gobierno dio marcha atrás en la eliminación del Pro Bienestar y los subsidios económicos. Esto ha sido visto como una maniobra para disipar el choque con los jubilados y avanzar con los despidos. Asambleas autoconvocadas de los trabajadores de PAMI, ‘acompañadas’ por los gremios (ATE, UTI, UPCN), han convocado a una nueva movilización, junto con los jubilados, para el miércoles 13.
A no engañarse, cualquier suspensión de las medidas de la Intervención menemista es transitoria, aun tratándose de una ‘impasse’ política, debida al choque de fracciones del gobierno, de la burguesía y de la burocracia cegetista en tomo a la captura del negocio de las obras sociales. Hay que extender la lucha. No esperar a los despidos. Por un plan de lucha de trabajadores y jubilados hasta echar a Markovic la intervención »enemista del PAMI. Fuera el Banco Mundial y el Consejo Empresario. Defensa de la atención integral de los jubilados. Abajo la privatización.
Se necesita una respuesta de conjunto, la voluntad existe, la población acompaña. Asambleas autoconvocadas y de los gremios. Elección de delegados en todos los lugares de trabajo, para organizar un Congreso de delegados de Capital y Gran Buenos Aires de trabajadores y jubilados, que organice el plan de lucha.