Políticas

1/4/2004|844

Fuera Solá, la Bonaerense, y la mafia judicial

Los responsables son los del gatillo fácil

El secuestro, tortura y fusilamiento del estudiante Axel Blumberg ha colocado a la provincia en los umbrales de una crisis de poder.


Para los fiscales que entienden en la causa “se actuó en forma correcta”.


Para el papá de Axel, en cambio, “aquí hay una mafia que durante muchos años vivió de nosotros . Antes se dedicaban al juego clandestino y a la prostitución, y ahora son secuestradores. Hay delincuentes menores, delincuentes que son utilizados por la propia policía para hacer sus negocios… Estamos desamparados” (La Nación, 28/3).


También dijo que hará su propia investigación, con lo que sigue los pasos del miramarense Jacobo Melman, que salió en persona a reconstruir los hilos de la violación y asesinato de su hija por hombres de la Bonaerense.


Blumberg asegura que “Kirchner quiere ayudarnos, pero él entiende que esto es como luchar contra los molinos de viento” (La Nación, ídem). Sin embargo las mafias que dominan al Estado y las fuerzas de seguridad existen por la protección del poder político.


¿“Molinos de viento”? En las cárceles de la provincia se tortura salvajemente en particular a los jóvenes (que constituyen, por otra parte, las dos terceras partes de los reclusos), esto después de la “quema de las picanas” ordenada por Felipe Solá, que había ordenado su compra junto a Ruckauf tres años atrás, cuando no necesitaba cultivar una imagen de progresista. Se tortura en las cárceles y en las comisarias y los fiscales tienen orden de no actuar.


El mismo gobernador acaba de nombrar en la cúpula del Servicio Penitenciario a uno de los personajes más siniestros de los “grupos de tareas” de la dictadura (Ramón Fernández, El Manchado, Página/ 12, 28/3). Y ha resuelto el archivo de las investigaciones sobre los fondos mal habidos de la masa de oficiales de la policía provincial, iniciando un nuevo “pacto” con la Bonaerense (La Nación 28.2).


Es un sistema. El defensor oficial de Lomas de Zamora denunció que su propio secuestro contó con una “zona liberada”, una tierra por “donde los patrulleros nunca pasan”. La Bonerense está acusada de “asociación ilícita” con las agencias de seguridad, que cuentan con mas de 50.000 hombres, para la ejecución de los “secuestros extorsivos”, entre otros delitos.


 


¿“Mano dura”?


Frente a la necesidad de disolver los aparatos de represión y castigar a los responsables de sus crímenes, la consigna oficial es mantener el orden.


El padre de Axel reclama “que rápidamente se dicten leyes que sean severas para todos estos delincuentes”, pero “los jueces son tan mafiosos como los asesinos” (Clarín, 15/11), dice el papa de Jose Luis Cabezas. “Mano dura” es la que está en vigencia, ¿cómo lo demuestran las víctimas de gatillo fácil?


 


Las víctimas del “gatillo fácil”


En la Zona Norte, existe un circuito conocido: “El secuestro (se hace) en San Isidro, Martínez o Beccar y las operaciones de cobro del rescate en la zona de Panamericana, Don Torcuato, Talar de Pacheco, el Camino del Buen Ayre y por allí hasta Moreno. Hace no mucho, la Policía Federal llamaba a eso el Triángulo de las Bermudas del secuestro” (Página/12, ídem). El mismoTriángulo de las Bermudas funciona para los desarmaderos, para las redes de narcotraficantes y, principalmente, para el gatillo fácil. La Zona Norte del GBA es un patíbulo de fusilados, torturados y desaparecidos a manos de la Bonaerense, un extremo de la situación que se vive en toda la provincia.


Son los “casos” de Gisela Barreto, el Nuni Ríos, Martín Suárez, el Frente Vital, Kevin Sedano, el Monito Galván, Gustavo Luna, el Boli Saliwonczy y decenas más, todos caídos bajo el “estado de derecho”.


 


El PO plantea:


• Desmantelamiento del aparato represivo, juicio y castigo a los responsables y ejecutores de crímenes políticos, sociales y de “gatillo fácil”, disolución de la Bonaerense y de las agencias privadas de seguridad, elección popular de los jueces.


• Fuera Solá.


No hay salida sobre la base del viejo régimen político y social. Sólo un gobierno de trabajadores y una Asamblea Constituyente Soberana, que reorganice el país y la provincia sobre nuevas bases sociales, puede dar una salida.