Políticas

12/1/2021

Gas: un negocio a ambos lados de la cordillera

Vaca Muerta en la encrucijada.

El capitalismo no alcanza solo con producir y obtener una plusvalía, sino que también hay que poder vender lo producido. Y la venta depende de la demanda, el precio del producto y poner el producto en situación de ser consumido.

La producción gasífera de Vaca Muerta se encuentra jaqueada por este dilema: producir mas se puede, siempre que haya inversión. Pero llegar con esa mayor producción a centros de demanda de gas choca con la capacidad de transporte existente. Lo cual como en un círculo vicioso, nos lleva a que se debe invertir, pero no solo para producir más, sino también para transportar lo producido: nuevos gasoductos hacia los centros de los grandes consumos.

Es sabido que condicionado por la falta de capacidad de transporte, hay meses que en Vaca Muerta se retiene gas por no poder evacuarlo. Es decir, en la máxima demanda nacional, los 76 millones de metros cúbicos de los ductos que parten de Vaca Muerta están abastecidos.

Aumentar un 15% o 20% la producción, implica incrementar la capacidad de transporte entre 11 y 15 millones de metros cúbicos diarios, algo imposible con las actuales instalaciones.

Entonces en los meses de mayor demanda (invierno), las alternativas sería importar a través de los barcos metaneros (GNL), o volver al esquema de la importación de gas desde Chile (sobre todo desde que Bolivia redujo la provisión gasífera al país en 7 millones de metros cúbicos por día).

Si la opción fuera importar desde el país transandino, habría una especie de “deja vu” en la escena nacional: reaparecerían Repsol-La “Caixa” é incluso Shell y el esquema de los judicializados acuerdos de Aranguren con esta multinacional.

Este país no produce hidrocarburos, de modo que el gas lo importa (bajo la forma de GNL) principalmente desde Trinidad Tobago (Repsol, British Petróleum) y de EE.UU. Si Argentina importa gas desde Chile, será el gas que este país compra a la Repsol y a los ingleses. Pero en Chile, además, la empresa Naturgy (ex Gas Fenosa), donde Repsol-La “Caixa” son socios, controla gasoductos internacionales (Del Pacífico, GasAndes) y distribuidoras a ambos lados de la cordillera (GN Ban S.A. en nuestro país), cerrando un negocio de ida y vuelta.

Ambas opciones de importación serían un golpe al incentivo para producir mas gas en Vaca Muerta.

 

Relato, relato y más relato

Atrapado en el dilema, el gobierno nacional dibuja en el agua, e imagina un nuevo gasoducto para exportar gas al sur de Brasil. Pero en ese caso estaríamos ante una inversión de varios miles de millones de dólares, que está condicionada a los pactos con el FMI.

El proyectado ducto desde Tratayen a Salliqueló, y desde allí a San Nicolás como base para exportar, quedó anulado y se “se evalúa técnica y legalmente” (LMN, 29/12/2020) otro gasoducto, que aún si se concretara, no se podrá habilitar ni en el invierno que viene, ni en el próximo. Es decir, hay al menos dos inviernos por delante donde las limitantes para una explosión productiva de Vaca Muerta están a la vista. Por eso recuperándose los niveles de producción previos a la pandemia, aún quedan más de 5.000 petroleros suspendidos, cobrando montos no remunerativos de miseria.

Esto no se resuelve con “evaluaciones técnicas y legales”, sino con obras e inversión, que es precisamente lo que las empresas están retaceando.

Por eso esta realidad no se tapa con un simple “relato” oficial ni “estudios” a futuro e inciertos, porque los capitalistas del sector prefieren desensillar hasta que aclare y usufructuar los jugosos beneficios de los subsidios estatales y volver a la importación.

La crítica “nac&pop” a los negocios del macrismo con Aranguren se derrumbaran en el altar del gran negocio multinacional de las grandes operadoras en el mercado mundial. Mostrando que no se trata de una cuestión ideológica, sino de la dependencia y coloniaje del gran capital.

De eso no se sale con “relato”, sino con la expropiación de toda la industria energética, bajo control obrero, para poner esos recursos al servicio del desarrollo y bienestar de la población. Pero eso no es tarea que pueda emprender este régimen.