El dirigente nacional de la Uocra y secretario de Relaciones Internacionales de la CGT, Gerardo Martínez, mantuvo una reunión con el candidato presidencial Javier Milei, con el supuesto pretexto de “informar” al líder de La Libertad Avanza sobre el funcionamiento del sistema de fondo de desempleo que se utiliza en la construcción. Martínez dio por abierto el “diálogo” con un eventual gobierno de Milei, con una CGT que encubre el ajuste en marcha.

La reunión tuvo lugar el pasado viernes 1° de septiembre y según el propio Martínez se dio a instancias de Javier Milei para “interiorizarse de primera mano cómo es el sistema (de indemnizaciones) de la construcción”, algo que el dirigente de La Libertad Avanza viene manifestando querer aplicar a todos los trabajadores.

Martínez, como es habitual, quiso bajarle el peso al valor de su reunión proclamando su “vocación de diálogo” con todos los sectores –menos con el activismo obrero al cual suele atacar con patotas, despidos y amenazas.

Aunque el encuentro se dio bajo la temática evidente de discutir las características del régimen de fondo de desempleo para, eventualmente, extenderlo al conjunto de la legislación laboral, Martínez quiso dar fe de que Milei “no quiere hacer reforma laboral, no es el capítulo que más le interesa”.

Justamente, el capítulo de terminar con las indemnizaciones, multas y juicios laborales es uno de los que más interesan a la clase capitalista, y un punto fuerte de los reclamos por una reforma laboral de fondo que se escuchan en cada uno de los encuentros patronales a los que asisten los políticos patronales y los burócratas sindicales.

El fondo de desempleo que se aplica en la construcción implica un régimen por el cual el empleador aporta un 12% del salario a una caja especial (Ieric) -8% luego del primer año- cuyo acumulado es entregado al trabajador en caso de extinción de la relación laboral, sea justificada o injustificadamente. Esto habilita a las patronales a desentenderse de los trabajadores a costo cero, lo que también impacta en la casi supresión de otros ítems como la antigüedad.

El referente cegetista, incluso, fue bastante sugestivo, cuando explicó que para todo lo demás se podía hacer “como en Vaca Muerta”: una modificación convenio por convenio, con la formalización de contratos basura, precarización laboral y mayor productividad a costa de la salud de los trabajadores. Además, este convenio significó la muerte de varios trabajadores, sometidos a condiciones de trabajo de alta peligrosidad.

Martínez también buscó bajarle el tono político al encuentro manifestando que lo que más le importa a Milei es “el tema de la macroeconomía y cómo bajar los índices de inflación”, como si la amenaza de dolarización o los recortes en el gasto social, el empleo y la obra pública no tendrían nada que ver con los trabajadores.

¿Y el resto?

La reunión de Gerardo Martínez y Javier Milei suscitó diversas reacciones. Entre ellas las de Pablo Moyano y José Luis Lingeri, quienes se mostraron más “inflexibles” con el candidato “liberal”, pero se trata de una cuestión de formas.

Como bien lo señaló el dirigente de la Uocra, “el movimiento sindical peronista apoya a Sergio Massa”. Es decir que respaldan el ajuste en marcha, con la devaluación oficial del 22%, la pérdida del poder adquisitivo de los salarios y el bono (adelanto de paritarias) miserable de $60.000 de escueto alcance.

Pablo Moyano declaró: “Yo ni loco me reuniría con un personaje que constantemente ataca a los trabajadores y a las organizaciones gremiales”. Pero apoya al candidato que lo hace de forma sistemática. En este punto, Gerardo Martínez es más consecuente que su par cegetista.

Las pataletas de Moyano hijo, Lingeri y otros son solo eso, ya que no van acompañadas de ninguna convocatoria a los trabajadores para defender sus derechos y condiciones de vida ante la amenaza futura de un eventual gobierno de Javier Milei, ni ante la amenaza presente del ajuste devastador de Sergio Massa.

Por el otro lado, el dirigente de hoteleros Luis Barrionuevo es quien más abiertamente respalda la candidatura de Javier Milei, quien ve allí una oportunidad para abroquelarse aún más en la casta burocrática que lo tiene al frente de la Uthgra durante más de 40 años. Algo que el anticasta Milei ni menciona. Cabe recordar que es el mismo burócrata que se había apresurado en respaldar la candidatura camporista de Eduardo “Wado” de Pedro.

Martínez podrá ser el “más dialoguista” con el poder, una cualidad adquirida de su paso por la dictadura militar, pero expresa una tendencia general de la burocracia sindical a adaptarse a lo que venga. Los trabajadores no podemos fiarnos de estas direcciones, sino solamente de nuestra propia organización independiente, con la deliberación de base y un congreso de sindicatos y organizaciones de desocupados con mandato para enfrentar el ajuste.

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