Políticas

7/9/2017

Gobierno y empresarios festejan la desindustrialización del país

Hay un 40% de capacidad ociosa


La vicepresidenta Gabriela Michetti; el ministro de Producción, Franciso Cabrera y el presidente del INTI, Javier Ibañez, fueron los oradores del acto por el 60° aniversario del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), que se desarrolló el pasado martes 5, con la presencia de una gran cantidad de empresarios.


 


Un festejo zombie


 


¿Qué es lo que celebran los empresarios y el gobierno? Desde 2011, el Estimador Mensual Industrial (EMI) que elabora el Indec refleja una fuerte caída de la producción industrial. El gobierno de CFK emprendió una política de subsidios a los empresarios nacionales y a las multinacionales que mantenían, de conjunto, al 40% de los trabajadores en negro y al 50% les pagaban salarios por debajo de la línea de pobreza.


 


Esta política de subsidios no solo no sirvió para detener esta tendencia, sino que fue una gigantesca transferencia de recursos desde el Estado hacia empresarios argentinos y extranjeros. Estos los desviaron –con el visto bueno del gobierno- hacia la bicicleta financiera, la compra de otras empresas o los fugaron al exterior.


 


El gobierno macrista ha profundizado la crisis del sector. En el primer año y medio de gestión se perdieron 249 mil puestos de trabajo entre el sector público y privado (fuente: CEPA) y se contabilizan otras decenas de miles de suspensiones.


 


Según el Indec, la capacidad ociosa industrial –la capacidad instalada para producir que no se usa- asciende al 40 por ciento. Estamos ante un virtual cese de inversiones de los empresarios, que prefieren reproducir su capital en la bolsa o en otros negocios rentables, incluso los ilegales.


 


Macri y la UIA


 


El presidente se ausentó del festejo por el aniversario del INTI, pero el pasado 31 de agosto se reunió con la UIA en el Parque Industrial de Pilar. Allí los industriales le pidieron “bajar el costo argentino”, eufemismo que utilizan para pregonar por una reforma laboral, que ya está en agenda del gobierno.


 


Lo que pretenden es flexibilizar y precarizar aún más las condiciones laborales, con una transformación integral regresiva que llevará a la clase obrera argentina al siglo XIX.  En INTI –al igual que en todo el Estado- sufrimos este proceso con la extorsión del “presentismo” y la “productividad”, que se llevó puesto los derechos conquistados en el convenio.


 


UPCN –que firmó el acta- y ATE –que anunció un plan de lucha y se borró sin pena ni gloria- conforman un bloque de hecho que ha dejado avanzar esta flexibilización.


 


Para probar esta reforma antiobrera, el macrismo necesitará en el Congreso del apoyo de las fuerzas políticas que le han votado más de 100 leyes de ajuste, pero que actualmente en campaña se disfrazan de opositores. Esta “coalición del ajuste” que ha cogobernado con Macri incluye a las variantes del PJ (Massa, Bossio, Randazzo, gobernadores y kirchnerismo) y también a la centroizquierda de Stolbizer-Donda.   


 


Una salida a la crisis industrial


 


La industrialización del país no la llevarán adelante los gobiernos que responden a las distintas líneas del empresariado nacional e internacional. Para ello es necesario un plan integral que pueda concentrar el ahorro nacional, que hoy se lo apropian los capitalistas y se vuelque a un verdadero desarrollo del país, lo que solo podrá ser realizado por un gobierno de la clase trabajadora.


 


Para ello es necesario el no pago de la deuda externa y su investigación; la nacionalización del sistema bancario y del comercio exterior bajo control obrero; la prohibición de despidos y suspensiones; la estatización y puesta en marcha de toda fábrica que cierre y un salario igual a la canasta familiar para el conjunto de los trabajadores.


 


El Frente de Izquierda es el único que defiende este plan con la perspectiva de desenvolver la actual crisis en favor de los intereses de los trabajadores y del desarrollo de la clase obrera, la que genera la riqueza nacional.