A las 22 horas del 6 de marzo un automóvil en el que viajaban varios individuos interceptó, luego de seguirla por varias cuadras en la localidad de Banfield, a Indiana Reyes, docente, activista del Polo Obrero de Longchamps, militante y candidata del Partido Obrero en las próximas elecciones. La patota policial la conminó “a dejarse de joder con el merendero y con el terreno donde está instalado porque pertenece” – dijeron los fascinerosos – “al Municipio de Almirante Brown”.

El secuestro duró varias horas, durante las cuales Indiana perdió el conocimiento por golpes en el cráneo que le produjeron conmoción cerebral. Los matones atontaron a su víctima suministrándole drogas. Entre las 8 y las 9 de la mañana Indiana fue encontrada en el Parque Lezama con signos de haber sido tajeada y marcada en sus piernas y un brazo con cruces imitando svásticas. Trasladada al Hospital Argerich, se la mantuvo durante buena parte del día en observación, haciéndole las primeras curas.

El secuestro de Indiana, las amenazas vertidas, la feroz golpiza, los cortes efectuados por los parapoliciales, el extenso “paseo” por varios distritos delatan que el accionar de las patotas tiene un guiño de zona liberada diseñada directamente por organismos estatales. Al mismo tiempo, señalamos la responsabilidad política e intelectual de la intendente de Almirante Brown, Maruco, en este delito. La funcionaria, en lugar de resolver los problemas de la hambruna generalizada en su distrito, manda a patotear a los organizadores de comedores populares y merenderos.

Reclamamos la investigación, captura y castigo de los culpables ocultos en las entretelas del poder político. Exigimos al gobernador de la provincia, Felipe Solá, y al ministro Cafiero, se individualicen, detenga y castigue a los patoteros parapoliciales autores materiales de la salvaje agresión. Exigimos la renuncia de la intendente de Almirante Brown.