Políticas
17/4/2023
Grabois “explica todo” menos el fracaso de su gobierno
El dirigente oficialista quiso polemizar con el programa de la izquierda, ocultando el ajuste del Frente de Todos.
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Juan Grabois.
El dirigente social oficialista y precandidato en la interna del Frente de Todos, Juan Grabois, reprodujo en sus redes un extracto de una entrevista realizada por el historiador y youtuber Pablo Borda, donde intenta polemizar con la izquierda trotskista respecto a la supuesta viabilidad de sus planteos programáticos para los trabajadores y pobres, sin mención alguna a su respaldo a un gobierno que agravó la pobreza, la desocupación, el hambre y la política extractivista y los agronegocios.
“Vos le preguntas a cualquier dirigente trotskista ¿ustedes van a hacer una revolución? Te miran. Ni siquiera está en su horizonte real generar transformaciones conforme en su programa”, comienza el extracto, para luego desenvolver lo que sería la versión “viable” de Grabois, señalando que él puede explicar un programa de salida para la crisis habitacional, el desempleo, la indigencia, el latifundio y los recursos naturales, bajo la “agenda de Tierra, Techo y Trabajo”.
Lo de Grabois no pasa de una operación de bajo vuelo que intenta vincular a la izquierda revolucionaria con una fuerza meramente propagandista. Su candidatura al interior del Frente de Todos expresa esa misma política de intentar bloquear la emergencia de una alternativa política de los trabajadores, encubriendo el ajuste oficial con un discurso que se aparta de la realidad de su gobierno y un programa compatible con el saqueo nacional.
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Tierra
El planteo de Grabois y compañía para la cuestión del latifundio y la concentración de los negocios agroexportadores en un puñado de capitalistas es la expropiación paga y posterior venta a crédito a 20 años de 50 mil hectáreas para campesinos y desocupados, polos agroecológicos de hasta 50 hectáreas libres de agroquímicos y la titulación de las tierras de las comunidades originarias.
Cabe destacar que se trata de un planteo de “pantalla”: Grabois integra el gobierno del Frente de Todos y reivindica los gobiernos kirchneristas, donde proliferaron la concentración de los agronegocios y la extensión del capital financiero en el campo con los pooles de siembra, la expansión sojera y la represión de las comunidades originarias.
La “propuesta programática” de Grabois no altera en nada este negocio, que depende del arriendo de grandes extensiones de tierra y el acceso a maquinaria, semillas, fertilizantes y demás insumos en manos de un puñado de capitalistas internacionales. Tal es así que hace unos pocos meses, Grabois declaró como socio de su programa nada más y nada menos que al capitalista Grobocopatel.
El Partido Obrero y el Frente de Izquierda sí tienen un planteo concreto contra los agronegocios y en defensa de los trabajadores: expropiación de la oligarquía terrateniente, de los grandes pooles y de los monopolios cerealeros, aceiteros, lecheros y frigoríficos. La no expulsión de sus tierras de campesinos y originarios. Basta de trabajo informal para los trabajadores rurales. También queda planteada la nacionalización del comercio exterior, por donde pasa el principal eslabón de toda la cadena de los negocios capitalistas.
Techo
La propuesta de Grabois para solucionar la crisis habitacional es “repoblar el campo”, justamente en base a la farsa de “reforma agraria” planteada precedentemente y con el supuesto desarrollo de las economías regionales.
Decir que la izquierda habla para la tribuna y afirmar estas proyecciones en un cuadro donde el gobierno del Frente de Todos se ufana de haber construido solo 100.000 viviendas en todo el país, en más de 3 años y con un presupuesto de obras públicas subordinado al ajuste del FMI, resulta una actitud temeraria.
Grabois se empeña en divagaciones para evitar hablar de la política expulsiva de su gobierno y los especuladores inmobiliarios. Que incluso tuvo episodios como el desalojo represivo de Guernica, y desalojos en decenas de procesos de recuperación de tierras.
La izquierda tiene un planteo concreto para el problema habitacional: impuesto a la especulación inmobiliaria y a la vivienda ociosa; banco de tierras fiscales y ociosas; construcción de viviendas con creación de un millón de empleos genuinos; recomposición general de salarios; crédito hipotecario de acceso universal y a tasa cero, con tope del 25% del ingreso familiar en las cuotas.
Trabajo
El discurso de Grabois es ilustrativo respeto a la cuestión del trabajo: “Yo puedo explicar como podemos construir una economía plural donde todo el mundo tenga acceso a un puesto de trabajo que garantice por lo menos la canasta alimentaria, por lo menos el Salario Mínimo, Vital y Móvil”.
La propuesta de Grabois se asemeja a la de Milei, Bullrich y toda la clase capitalista, de liquidar las condiciones laborales y salariales de los trabajadores para llevarlas a su mínima expresión: un anhelo vinculado a la ofensiva actual contra los programas sociales y a una conquista de una mayor precarización laboral con la extorsión de una huelga de inversiones de por medio.
Grabois ya hace tiempo que renunció a la pelea por el trabajo genuino y las condiciones laborales, refugiándose en el eufemismo de la “economía popular” que supone la autoexplotación obrera bajo una falsa sensación de “libertad cooperativa” que en los hechos implica un sometimiento al mercado y a sus principales interlocutores: las grandes patronales y capitalistas.
El planteo de Grabois carece de una propuesta industrializadora y generadora de empleo, poniendo énfasis en la primarización de la economía nacional, algo que también propone para el manejo del litio, con la asociación privada con el capital internacional como ocurre con YPF, y la tutoría del FMI.
La izquierda revolucionaria también supera a Grabois y al falso progresismo en esta materia, con el planteo de la expulsión del FMI y el desarrollo de un plan industrial y de obras que responsa a un programa integral de los trabajadores, para la creación de empleo, recuperación de los salarios y control obrero de los recursos estratégicos del país.
Grabois se “mofa” de la izquierda revolucionaria que pretende una transformación social de fondo para justificar la continuidad de los políticos capitalistas y su programa, cuyo resultado nos ha llevado a los niveles actuales de crisis social y económica, despreciando de paso la labor sistemática de estas organizaciones que fijan y construyen un programa de intervención en cada uno de los puntos sensibles de la realidad de millones de trabajadores explotados. Una conducta, por lo menos, servil al poder y sus beneficiarios.
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