Políticas

26/11/2021

Grabois pide migajas hoy para el hambre de mañana

Prepara el terreno para que Patria Grande vote el acuerdo con el FMI.

El dirigente centroizquierdista de la CTEP y Patria Grande, Juan Grabois, asegura ponerle una “condición” al gobierno para que el bloque de Patria Grande apoye un pacto con el Fondo. Tras haber declarado que “si fuera el presidente no acordaría con el FMI”, en cuestión de unas pocas horas le bajó el precio a su postulación, anticipando que acompañará la renegociación en caso de que se implemente un salario básico universal. Es la confesión, por parte de la centroizquierda oficialista, de que el “plan plurianual” del gobierno para acordar con el gigante financiero implicará la postergación en todos los planos de la Argentina, así como la perpetuación de la falta de trabajo que alcanza a millones de desocupados.

Grabois desliza con estas palabras, ante todo, que acordando con el Fondo no hay perspectiva para los nueve millones que él cita como los destinatarios de este “salario básico universal” y que hoy no tienen empleo. Detrás de su pretendida preocupación viene a proponer un “IFE eterno” para avalar un acuerdo de hambruna y de miseria: que la masa de desocupados que él menciona, que alcanza al 20%, únicamente pueda aspirar a depender de la miserable asistencia estatal. No hay reactivación económica en la Argentina del pacto con el Fondo, sino la profundización de todas las contradicciones sobre las que se mantiene la huelga generalizada de inversiones.

Este programa “plurianual”, un nombre embellecido para ratificar el sometimiento del país sostenido en los años a las directivas del FMI, viene a cercenar el futuro de la población trabajadora del país desocupada como también ocupada. Que lo mejor que tenga para ofrecer el máximo dirigente de los movimientos sociales integrados al gobierno en un país con más de 40% de pobreza, y dirigente también de una centroizquierda que posa sin resultados de “oposición por dentro”, confirma que el lugar al que terminaron relegados a actuar es como furgón de cola de un gobierno ajustador y fondomonetarista y como parte de su dique de contención frente a la bronca popular.

Prueba cabal de ello es que estos movimientos sociales oficialistas, que no movilizaron ante el sistemático recorte de alimentos a los comedores populares por parte del gobierno para cumplir con el FMI y los acreedores, o ante el crecimiento del hambre que la supeditación de la economía nacional al pago de la deuda fogonea, tuvieron un lugar destacado en la Plaza de Mayo junto a los burócratas de la CGT en el acto gubernamental para ratificar el acuerdo con el FMI. Una distancia ineludible con la Plaza del día martes, cuando el Polo Obrero y la Unidad Piquetera colmaron las afueras de la Casa Rosada para expresar su repudio a cualquier acuerdo con el Fondo. Es la línea divisoria (e irreconciliable) entre quienes proponen perpetuar la miseria para cumplir con Washington y quienes luchan por trabajo genuino para la población laboriosa del país.

Tras una perorata derrotista otorgada a Página/12, que podría resumirse en “el Frente de Todos se equivoca en pagar la deuda, se equivoca en no nacionalizar los puertos ni los recursos estratégicos, se equivoca en no hacer una reforma agraria, tiene promotores del gatillo fácil, pero es lo que hay” a Grabois le bastó solo un día para moderar su discurso. Demostró, ante todas las cosas, la primacía de su integración al gobierno por sobre sus “diferencias”. Tiene claro que el tenor de la plaza piquetera que movilizará el próximo 11 de diciembre en rechazo a la llegada de los voceros del Fondo no le da ni el mínimo lugar a poner parcialmente en duda el pago de la deuda externa, aunque sea en su función de contener una fuga cada vez mayor por izquierda.

Y es que la farsa de esta centroizquierda es absoluta en todos los planos. La discursiva de criticar prácticamente toda la orientación del gobierno para luego terminar arrugando (como con sus palabras sobre “la fortuna de los Kirchner”), o para terminar concluyendo en que “no hay nada mejor”, tiene un propósito sumamente reaccionario; tal cual ocurre con la propuesta del salario básico universal. Es un llamado de resignación a millones de familias que no saben si llegan a fin de mes, o que tienen que elegir si comprarle libros para la escuela o comida a sus hijos.

Por el contrario, la movilización masiva para repudiar al FMI por parte de miles y miles de trabajadores desocupados, los más golpeados por esta crisis, le plantea una perspectiva a todos los trabajadores de la Argentina. La de no perpetuar la miseria de las mayorías laboriosas, la de desconocer el pago de la deuda usuraria, la de luchar por un futuro con trabajo genuino frente a la impostura de los garantes de la miseria que nos ofrecen migajas para cumplir con los compromisos de saqueo de los acreedores sobre el país. Es un horizonte que demanda una verdadera demostración de fuerza del pueblo trabajador a través de la movilización popular. Por eso convocamos a organizarnos por tal propósito.

Hoy desde las 16:30 habrá una reunión abierta en el anfiteatro del Parque Lezama para delinear una enorme movilización el próximo 11 de diciembre cuando arriben los agentes del Fondo Monetario. Preparemos una jornada masiva para derrotar este régimen de hambre y de saqueo de los gobiernos lacayos del FMI.