Políticas

30/5/2023

Grabois y su programa para la inseguridad… sin tocar a los responsables políticos

El dirigente social exime de responsabilidad a los gobernadores y las fuerzas represivas.

Juan Grabois.

El precandidato a presidente por el Frente de Todos y dirigente social Juan Grabois participó de una entrevista con Reynaldo Sietecase en Radio con Vos en el marco de la presentación de su programa contra la inseguridad difundido por las redes sociales. En el fondo de su planteo, Grabois exculpa a los responsables políticos de la integración de la Bonaerense y las fuerzas represivas con el crimen organizado.

La entrevista con Sietecase sirvió a los efectos de dar publicidad a los tres “niveles” programáticos –o ejes de intervención- que plantea Grabois sobre la inseguridad, que pasan de la prevención e integración contra la reincidencia, un “control social” laxo sobre las fuerzas policiales y generalidades sobre el control del narcotráfico.

El eje nodal del planteo de Grabois respecto a la policía es mejorar sus condiciones laborales y salariales a cambio del ejercicio poco claro de un control social superficial, del tipo del “mapa del delito” que organizaciones kirchneristas promueven en CABA. Aunque menciona la no elegibilidad de comisarios y jueces, no plantea ninguna modificación del régimen actual.

Más a fondo, en el intercambio con Sietecase, Grabois disolvió toda responsabilidad política al respecto del aparato represivo. Ante la consulta del conductor por el gobierno peronista de La Matanza habló del “gobierno de la Bonaerense” sin mención alguna de su jefe Sergio Berni, pero con denuncias evasivas a Vidal y Bullrich.

También respaldó al gobernador Axel Kicillof y su eventual candidatura a gobernador a pesar de encontrarse al frente de la provincia más numerosa del país, con la responsabilidad política del vaciamiento presupuestario en las barriadas, la ausencia de centros de tratamiento para consumos problemáticos e inversión y la continuidad de la “maldita policía”.

Niveles

Grabois plantea una división de la cuestión en tres “niveles” de intervención. Primero, “por abajo”, con una política de deserción escolar cero, centros culturales y sociales en los barrios, y cooperativas de trabajo para evitar la reincidencia.

En la entrevista con Sietecase señala que la reincidencia y la deserción escolar “son las dos principales correlaciones con la criminalidad violenta”, en un punto que hace foco en el eslabón más débil de la cadena y no en los reclutadores y gerenciadores del crimen organizado, incluidas las fuerzas policiales.

Grabois explica una realidad que es cierta, que los jóvenes se pasan al narco como salida económica ante una falta de perspectiva laboral o de progreso individual bajo otros medios. Sin embargo, le opone a esto la consagración de la “economía popular” de miseria como falsa salida, además de no hacer hincapié en la responsabilidad política de quienes profundizaron la miseria en el país. Con un gobierno que tiene a uno de cada dos chicos en la pobreza y privilegia el pago al FMI por sobre las necesidades populares.

Respecto al segundo nivel, “por el medio”, Grabois menciona la falta de control sobre la policía y la Justicia, además de las condiciones malas de trabajo policial, omitiendo lo fundamental: la descomposición e integración de las fuerzas represivas con el narcotráfico y el delito.

Consultado por Sietecase sobre su opinión respeto a las pistolas Taser se negó a impugnar el uso de las mismas más allá de una “cuestión de contexto”, por la cultura argentina y el legado de la dictadura militar y la tortura con medios similares.

Por último, Grabois se refiere a su tercer nivel, “por arriba”, que responde al lavado de dinero y a los negocios del narcotráfico. Sin embargo, nuevamente omite señalar que el lavado de dinero del crimen organizado es facilitado por los sucesivos gobiernos, incluido el actual, con los regímenes de “blanqueo de capitales” y promoción de la inversiones, en un país que deja al sector privado el control de las rutas comerciales y marítimas y permite la proliferación de puertos privados dominados por los narcos.

Además, una salida concreta a estos problemas requiere de una transformación política más integral que parta de la nacionalización de la banca y el comercio exterior, medidas necesarias que Grabois omite debido al caracter de clase de su candidatura, como parte del armado del frente de gobierno y los itnereses capitalistas que allí anidan.

El programa de Grabois se presenta como una lavada de cara a las instituciones burguesas, sin cuestionar el contenido de fondo del crimen organizado, que hunde sus raíces en la descomposición del propio aparato represivo y las instituciones, dejando impunes a los responsables políticos de esta labor: peronistas, kirchneristas y macristas-radicales, toda la palestra de los políticos capitalistas.

Solo la izquierda y los trabajadores pueden impulsar un programa de transformación social para desmantelar el actual aparato represivo y poner en pie otra fuerza de seguridad ciudadana, con control efectivo de trabajadores y organizaciones de derechos humanos y elección y revocabilidad de comisarios y jueces.

Sumado a un plan de inversión pública para garantizar verdaderos centros de tratamiento de consumos problemáticos y una salida económica de fondo a los problemas de la juventud trabajadora, abriendo sus horizontes y perspectivas individuales y colectivas.