Políticas

5/4/2021

Gran acto en el sitio donde fusilaron a Carlos Fuentealba

El clamor de justicia en Arroyito

Como todos los años, convocado por la seccional Senillosa (en cuyo territorio se ubica el lugar donde fusilaron a Carlos), a 14 años de aquella represión, se realizó un acto muy numeroso en el monolito que marca el lugar donde se cometió el crimen.
Además de los convocantes, la concurrencia estuvo aportada por las seccionales (Zapala, Picun Leufú, Chañar) y los frentes Multicolor y Bermellón de la oposición de ATEN, y participó también una delegación de sectores en lucha de la gran huelga de Salud.
Como otros años, la conducción TEP de ATEN estuvo borrada, refugiada en una charla por zoom por la noche, donde se anunció la participación en el panel del juez Zaffaroni y organizada desde la CTERA.
Como muy bien lo desarrolló en su intervención en el acto en Arroyito, la compañera Verónica Demis de la minoría de la seccional ATEN Cutral Có-Plaza Huincul “si hoy Sobisch goza de impunidad y aún tiene pretensiones políticas es porque en el 2007 y ahora hay un régimen que lo protegió, cerró filas en su defensa. Para que haya justicia hay que enfrentar ese régimen”.
La lucha por justicia hoy está centrada en la causa Fuentealba II, que ha sido declarada por la Corte Suprema como imprescriptible y se ha reabierto la investigación por un período de cuatro meses, con la posibilidad del aporte de pruebas por parte de la querella.
Es indudablemente un paso adelante de años de luchas y de no bajar los brazos por parte no solo de las y los trabajadores de la educación, sino de un reclamo popular.
Por eso entender todo el contexto del 2007 como parte de la lucha de clases de aquellos días, que no era sólo en Neuquén, yendo a fondo y sin detenerse ante ningún compromiso o responsabilidad, es fundamental para que aparezcan todos los culpables políticos del fusilamiento.

Por una lucha independiente del régimen en su conjunto

La demagogia y los vasos comunicantes con un sector del poder, no es un camino para ir a fondo. Carlos fue fusilado por militante, que desafiaba al régimen en su conjunto. Nos oponemos al intento de adocenarlo.
Un operativo que inició CTERA, cuando iconizó la foto de Fuentealba que circula por millones, borrándole su barba y cambiando su campera de jeans por un guardapolvo, tratando de promover misericordia y no justicia.
Ahora tanto CTERA como el TEP difunden un Carlos identificado con una mariposa, en un nuevo intento de limar su militancia clasista. Por eso ayer en el acto se puso de manifiesto que Carlos es un elefante (por el animal que se ha convertido en un emblema de la huelga de Salud), y no una mariposa.
Rechazamos el intento de presentarlo como una figura endeble y fugaz como una mariposa.
Como bien se lo recordó ayer en el acto, Carlos hubiera estado en el piquete que catorce años después de su asesinato, las y los trabajadores de Salud realizaron en el mismo puente en Arroyito donde fuimos a cortar aquel 4 de abril de 2007.
Sin independencia política del régimen que lo fusiló, y cobijó a sus fusiladores, la justicia completa no será posible. Sobisch nunca fue imputado en la causa Fuentealba II, ni siquiera fue llamado como testigo. Hay mucha lucha en estos meses para lograr avanzar en esa causa. Una lucha que como el acto de ayer en Arroyito debe ser independiente, por ejemplo, de los gobiernos y sus demagogos, al estilo del ministro Nicolás Trotta quien ayer envió una carta a la conducción de ATEN diciendo: “Queridas compañeras y compañeros de ATEN, Hoy se cumplen 14 años del asesinato de Carlos Fuentealba, un maestro que dio su vida en la lucha por la defensa de la escuela pública; un militante de la Asociación de Trabajadores de la Educación de Neuquén, esa misma organización que ustedes conducen”.
Un ministro que es parte de la política represiva de los Berni o que acusa a la juventud estudiosa por movilizarse a su ministerio, pasa por alto que fue el gobierno de su palo quien en aquel entonces ofreció a la Gendarmería Nacional para reprimir a las y los trabajadores de la educación de Neuquén.