“Nuestra Posición Electoral” es el título de una declaración de Política Obrera, el grupo de Altamira, emitida el último 26 de septiembre.

Para ser breves, en la misma afirmaron: “Llamamos a boicotear el voto a los partidos existentes sin excepción en nombre de un programa”.

Esto planteaba textualmente una primera versión publicada en la prensa de Política Obrera. Días después, esta frase fue eliminada y el texto continúo “normalmente”: “No convocamos a un voto en blanco en función de una corriente abstencionista que no existe como tal”.

Se trata, efectivamente, de una política de boicot a la lucha electoral. No está asentada en una tendencia de las masas, según reconoce la declaración de Política Obrera. Los altamiristas, simplemente, renuncian a luchar para que las masas no sean arrastradas políticamente detrás de las diversas posiciones burguesas.

A Milei, Massa y Bullrich no los llaman a votar porque “las diferencias entre los candidatos, más allá de su alcance, forman parte de una ofensiva de conjunto de la clase capitalista contra la clase obrera; tienen una diferencia de grado, no de calidad” (1).

A la oposición de la “izquierda agrupada en el FIT-U” tampoco, por “su incapacidad absoluta para ser la expresión de la clase obrera activa en esta crisis terminal”. Lleno de contradicciones a cada paso, la declaración acusa al FIT-U de no advertir “la existencia de una crisis terminal y de un proceso catastrófico de hiperinflación e hipermiseria social” y por lo tanto de no luchar. A renglón seguido, afirma que “la lucha por la salida a esta crisis y a esta catástrofe ni siquiera ha comenzado”. Típico de pequeñas sectas autoproclamatorias, considera que hoy hay que prepararse para la situación prerrevolucionaria y la verdadera lucha que se abrirá luego de las elecciones: hoy no luchan (hoy se preparan), mañana sí, diría su consigna.

Frente a la lucha política entablada entre los partidos políticos capitalistas para ver cuál guiará la ofensiva ya en curso contra las masas solo se yergue el FIT-U. Un frente electoral de la izquierda que tiene un planteo de resistencia a esta ofensiva capitalista para descargar la crisis en forma catastrófica sobre las masas trabajadoras.

Ya Marx y Engels en el Manifiesto Comunista resaltaban que los comunistas no formaban partido aparte, opuesto a los otros partidos obreros, sino que pretendían ser el sector más consecuente, el que siempre impulsaba hacia delante a los demás agrupamientos de clase en su lucha contra la burguesía. Algo elemental: en la izquierda revolucionaria internacional ya es tradición de que si una organización no puede participar en un proceso electoral contra las listas de los capitalistas, le da su apoyo a otras (con las cuales seguramente puede no coincidir programáticamente) contra los partidos patronales.

Pero no se trata solo de la abstención electoral, sino de que Política Obrera viene llevando adelante una sistemática “política” de boicot a todas las iniciativas de movilización y organización que impulse y/o protagonice la izquierda. Así, por ejemplo, se ausentó (y atacó) de la gran marcha convocada por la Unidad Piquetera, apoyada por el FIT-U y por decenas de organizaciones sindicales y todo tipo de oposición obrera y popular, que se realizó el 14 de septiembre con decenas de miles sobre la Plaza de Mayo y las plazas del poder de todo el país.

Esta marcha fue convocada por las organizaciones de trabajadores piqueteros, planteó un frente único para enfrentar la devaluación y la fenomenal carestía que descargó el gobierno sobre las masas luego de las elecciones Paso. La consigna central de la marcha fue un llamado a luchar contra “el ajuste de Massa y el FMI, contra la ofensiva de Milei y la derecha”. Los altamiristas no participaron aduciendo que “otra cosa sería que el FIT-U, en lugar de llamar a luchar contra el ajuste, lo hiciera por el gobierno de trabajadores y el socialismo” (16/9). Una carnereada contra la movilización detrás de un planteo pseudo propagandista “por el gobierno de los trabajadores”. Parece el propagandismo sectario del dirigente del POR boliviano, Guillermo Lora, que no intervenía en la lucha política de clases hasta que esta no se elevara a la propaganda de la “dictadura del proletariado”.

Pero… en el transcurso de su reciente campaña electoral, Política Obrera intervino con una estrategia democratizante. Su consigna “de poder” –votada en una Conferencia Nacional de Política Obrera– era que una eventual “victoria electoral plantearía de nuestra parte la convocatoria a una Asamblea Constituyente para debatir el régimen social y político, laboral y salarial, la cuestión de la deuda externa y los recursos naturales”.

Bla, bla, bla, impotente, democratizante y sectario.

Esto se desarrolla cotidianamente. Recientemente, convocado por la izquierda de la Multicolor docente de la Provincia de Buenos Aires, se desarrolló un exitoso paro general de 48 horas de la docencia bonaerense contra el ajuste, pasando por encima de la burocracia oficialista del poder. ¡Algo impresionante! La agrupación docente que se reclama de Política Obrera, critica, sin embargo, a la Multicolor por no haber continuado con una huelga general por tiempo indeterminado. Son los grandes charlatanes.

En el sindicato docente UTE de la capital, se presentaron listas el 16 de agosto para competir en las próximas elecciones de octubre. La burocracia sindical celeste se dividió en 2 listas diferentes, reflejando la crisis que recorre al gobierno peronista K.

Lo importante es que se presentó una tercera lista de frente antiburocrático –la Multicolor–, que integra a todas las corrientes de izquierda y luchadoras de la UTE. Bueno: a todas menos a la Lista Naranja de la llamada Tendencia Docente Clasista de Política Obrera. A pesar haber sido invitados a integrarse, estos “tendencistas” prefirieron hacer mutis por el foro: “Desde nuestra corriente, Tendencia Docente Clasista (Lista Naranja), a pesar de no presentar una lista, vamos a intervenir en estas elecciones con una campaña de agitación a favor de la organización de la docencia…” (17/8). No participan, ni tampoco apoyan, la intervención unitaria del frente del activismo y la izquierda.

Los “tendencistas” se justifican afirmando que “para enfrentar al gobierno y una tentativa bolsonarista no alcanza con el armado de una lista en un cónclave entre aparatos, sin involucrar a la docencia en un debate programático de intervención frente a esta crisis”. La plataforma, los planes y métodos de campaña fueron debatidos y aprobados en plenarios que contaron con la presencia de más de 100 delegados y activistas.

En una elección de centros universitarios, no apoyan electoralmente a una lista de izquierda contra otras dos listas de coaliciones burguesas porque estas son “rutinarias”: porque va a ganar la derecha.

La declaración política emitida por el grupo de Altamira, que fija su posición electoral, termina declarando rimbombantemente que la situación pasará “primero, por la construcción de un verdadero partido de la clase obrera (que lógicamente serían ellos). Segundo, por una movilización y organización independiente de masas para impulsar luchas y huelgas en función de una huelga general por las reivindicaciones inmediatas e históricas de la clase obrera”.

Trabajadores y luchadores argentinos: siéntense a esperar a que Altamira construya un verdadero partido de la clase obrera.

Una degeneración autoproclamatoria enfermiza y nociva.

Esperamos que la militancia de Política Obrera abandone posiciones sectarias estériles y se sume activamente a la lucha política y movilización contra el ajuste de Massa y el FMI, y contra Milei y la derecha. En las calles, en las luchas obreras y populares, y enfrentando en las urnas a la burguesía.

(1) Archivaron la pseudo polémica inventada por Altamira que tenía que ver con que si la burguesía puede o no encarar ofensivas contra las masas.

https://prensaobrera.com/politicas/martin-insaurralde-escandalo-y-renuncia

https://prensaobrera.com/politicas/escandalo-martin-krause-el-futuro-secretario-de-educacion-de-milei-lanza-declaraciones-pro-nazis