Lanzado el cronograma electoral, el escenario previo está marcado por un rasgo común: los políticos capitalistas son responsables de profundizar el deterioro general de la vida de los trabajadores, mujeres, jóvenes, comerciantes, etc. Esto toma un rasgo distintivo y repudiable en el departamento de Guaymallén, en Mendoza. El actual Intendente Marcelino Iglesias licita presupuestos de caviar y ciervo para ágapes protocolares, mientras los empleados municipales cobran miseros sueldos, no existe un plan de vivienda y obra pública para urbanizar los barrios populares y crecen exponencialmente los comedores.

Iglesias es un garante de la ganancia del capital, por ello otorga toda la obra pública a un puñado de empresarios amigos y los servicios de limpieza y recolección a la empresa Santa Elena. Todo gracias al ajuste y tarifazos: los vecinos van a sufrir el aumento exponencial del 100% de las tasas municipales y el recorte salarial ha ahorrado más de 2.000 millones de pesos que mantiene en plazos fijos y la timba financiera.

Para los sectores populares y trabajadores del municipio nada, para los empresarios amigos y funcionarios “caviar y ciervo”.

Dispersión de la oposición patronal

El Peronismo se encuentra fragmentado y dividido al punto de tener 10 precandidatos, donde el enfrentamiento entre los albertistas y kirchneristas se replica.

Los principales candidatos son Rafa Moyano de Alternativa Federal (albertista), quien está enfrentado a la presidencia provincial del PJ dominada por La Cámpora que tiene a dos candidatos: uno es Gonzalo Navarro, pupilo de Fernández Sagasti; y también se hicieron públicas las intenciones de Natalia Vicencio, diputada allegada al secretario adjunto del Sute, Gustavo Correas.

El Movimiento Evita ha roto con Moyano (la Utep en 2021 fue en esa lista interna) y ha presentado a su dirigente Cruciani como posible candidato, sin decir si es a la intendencia.

También existe la posibilidad de que un actual concejal sea precandidato. Es el caso de Pozzoli. Hay muchos más, pero sin incidencia y con el color de que hasta el supuesto hermano del entrenador Lionel Scaloni se presentaría.

El Partido Verde, que tuvo una respetable elección en el 2021, no se presenta con fuerza y están ausentes de la actividad política del departamento. No se avizoran como un espacio que logre disputar un lugar.

Tal dispersión de listas y posibles votos opositores a Marcelino presentan la necesidad de que el Frente de Izquierda se coloque como la verdadera oposición que impulse los reclamos populares y sea una alternativa política independiente.

Los tropiezos y choques en Cambia Mendoza

Las dificultades de Cambia Mendoza a nivel provincial se replican en Guaymallén. Ha aparecido un delfín de Omar De Marchi, el diputado Gabriel Pradines, quien a pesar de no ser tan reconocido en el departamento se encuentra muy activo intentando colocarse como alternativa al Intendente.

Iglesias tiene un problema, no tiene reelección y debe definir entre dos posibles candidatos. Uno es Nicolás González, actual secretario de Gobierno, y el otro Marcos Calvente, allegado a Cornejo y Director de Obras y Servicios Públicos.

Ambos vienen de muchas polémicas. Calvente involucrado en una venta corrupta de materiales de construcción, mientras que González viene de poner la cara junto al intendente por el revés judicial que sufrieron por la propia Corte “correligionaria” que declaró inconstitucional la no elección de la reina vendimial departamental.

Aun así, todo anticipa que será Nicolás González el candidato a suceder a Marcelino. Esto por una cuestión muy importante: ha sido el principal ejecutor de la política antipopular en los dos mandatos, impulsando despidos al comienzo de la gestión, rebajas salariales, subas de tasas municipales, prohibición de ferias populares, rebajas impositivas a hipermercados e inclusive un ataque a las organizaciones piqueteras con declaraciones fascistoides.

La necesidad de fortalecer una Izquierda movilizada y popular que eche a los políticos capitalistas

Este cuadro muestra que los trabajadores y vecinos del departamento no tendrán ningún camino próspero para sus urgencias más inmediatas si no desprende una fuerza popular. Mucho menos para ir a una recomposición general de sus condiciones de vida.

Por eso es importante que la izquierda sea la abanderada de esta tarea. Todas las expresiones de lucha contra la política antipopular de Iglesias deben transformarse en el motor para fortalecer esta izquierda obrera, popular y movilizada.

Desde los trabajadores municipales, pasando por los feriantes, comerciantes, trabajadores del sector agrícola, trabajadores precarizados y desocupados, con sus reclamos y planteos, deben ser la guía para plantear un programa municipal alternativo a Cambia Mendoza y quienes disputen la interna del Frente de Todos.

Nos ponemos en marcha para que de una vez por todas la obra pública sea controlada por los vecinos y trabajadores, los salarios sean acordes a la canasta familiar, se pueda defender el trabajo en todos los aspectos, se deje de descargar sobre los emprendimientos familiar los costos del caviar y el ciervo y así con todos los reclamos populares.

Para ello comenzaremos con una serie de mateadas y reuniones con estos sectores para ir a un gran plenario departamental a mediados de abril que defina los mejores candidatos y candidatas y un plan de acción para la lucha electoral.

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