Políticas

3/4/2003|795

Hay que expropiar a los bancos

Finalmente Eduardo Duhalde decidió enviar un proyecto de ley para que los subsdios que falta otorgar a los banqueros –unos 10.000 millones de dólares– sean aprobados por el Congreso. Con esto decayó la postura de Lavagna, que quería aprobarlos a través de un decreto tal como lo reclamaban los beneficiarios.


Como planteamos en el número anterior de Prensa Obrera, la firma de ese decreto amenazaba con mandar a Duhalde a la cárcel. Alertado por sus asesores y abogados, el Cabezón desoyó entonces a Lavagna y transformó el decreto en proyecto de ley para que todos los sectores políticos patronales pongan con sus votos sus propias “huellas digitales” en esos subsidios y en el correlativo aumento de la deuda pública. Para Duhalde, el rescate de la banca debe ser una patriada aprobada por todos los sectores patronales.


Pero al margen de este “recaudo”, Duhalde firmó otro decreto (el principal reclamo de los banqueros), tanto o más escandaloso y fraudulento, mientras el Banco Central aprobó otra medida también fraudulenta, haciendo valer su “autonomía”.


Primero, Duhalde autorizó a los bancos a cancelar los redescuentos de 20.000 millones de pesos que les deben al Central en 70 cuotas recién a partir de marzo de 2004 (en casi 7 años) y a pagarlos con los Préstamos Garantizados (deuda pública) que los bancos tienen en su poder. Con esto, en verdad, los bancos terminan cobrando los Préstamos Garantizados de la época de Cavallo al 100% de su valor cuando su cotización es del 40%.


El decreto dice que: “el criterio básico es el de armonizar los flujos de caja resultantes del carácter simultáneo de las entidades financieras como deudoras de redescuentos y acreedoras por tenencias de títulos públicos, neutralizando efectos negativos y la incertidumbre que ellos generan sobre las entidades y permitiendo reformular y potenciar las políticas de crédito al sistema productivo”.


Pero esta compensación (acreencias y deudas) es falsa. Los Préstamos Garantizados corresponden al “megacanje” de Cavallo y hoy valen apenas el 40%. Mientras los redescuentos son préstamos otorgados por el Banco Central a los bancos durante la primera mitad del 2002. De esta manera, el gobierno termina reconociéndole a los bancos 100 por algo que vale 40. Si esto no es un motivo para ir preso_


Segundo. El Banco Central resolvió que los bancos pueden contabilizar a su valor pleno los bonos y préstamos garantizados que tienen en su poder y también les otorgó hasta 5 años para contabilizar el resto de los títulos a sus valores de mercado (La Nación, 3/4).


Se trata de un fraude contable porque los títulos y préstamos que tienen los bancos valen 40%. El objetivo es disimular que el patrimonio del sistema bancario es negativo, es decir, que está en quiebra. “Si se contabilizan los activos a valores de mercado, no sería sorprendente que la mayoría de los bancos tengan hoy patrimonios netos negativos”, reconoce el ultraliberal y lopezmurphista Mario Teijeiro.


Ninguno de los candidatos patronales derechistas o centroizquierdistas salió a denunciar semejante desfalco. Como se puede apreciar, el gobierno y el conjunto de la burguesía, con acuerdo del FMI, están impulsando una firme política de rescate de la banca a costa de las finanzas públicas, lo que requerirá de nuevos ajustes y aumentos de impuestos.


La solución más sencilla, simple y barata es la nacionalización sin indemnización del sistema financiero, bajo control de los trabajadores.