Políticas

10/5/2001|705

“Hay que organizar a la clase obrera industrial”

Compañeros, compañeras:


Como cada 1º de Mayo, como hace más de 100 años, los obreros de todo el mundo abandonamos nuestro trabajo, salimos de la fábrica, de los surcos, de las minas, de los buques, de los puertos, de las escuelas, de los hospitales y cumplimos una y otra vez, el mandato establecido por la Internacional Socialista, que en 1889 decretaba el 1º de Mayo, Día Internacional de protesta y de lucha de la clase obrera. Pero también un día en que la clase obrera debe pasar revistas a su propia fila. Quiero desde aquí, compañeros, enviar un saludo combativo a todos los trabajadores y explotados de América, a los petroleros de Venezuela, a los municipales de Montevideo, a los mineros de Bolivia, a los campesinos de Paraguay, de Colombia y de Brasil y de Bolivia, a los indígenas de Guatemala y Ecuador, pero también compañeros, aquellos obreros que en condiciones difíciles luchan y mueren en la selva y la montaña, con las armas en la mano. Quiero también saludar, desde aquí, a los obreros de nuestro país, principalmente, a los compañeros gráficos que vienen ocupando cada una de sus fábricas; a los compañeros aeronavegantes que paran ante el intento de destrucción de Aerolíneas Argentinas; también a todos los trabajadores que enfrentamos a este gobierno, a su política de hambre y explotación; a los jubilados que han sido abandonados a su suerte, después de una larga vida de trabajo y de lucha; a los compañeros desocupados que marchan por trabajo y dignidad y, especialmente, a los compañeros que en las cárceles sufren la humillación pero con el orgullo de saber que están presos por enfrentar a estos gobiernos, como el compañero Emilio Alí.


Y en esta fecha, quiero recordar también compañeros, a los que nos precedieron, a los que ya no están, a los que han muerto, a los que han desaparecido, y algunas luchas, queremos homenajearlos, recordando a los compañeros de la Patagonia rebelde, a aquéllos de la Semana Trágica, a aquéllos del frigorífico Lisandro de la Torre, a los del Cordobazo, del Rosariazo, del Sitrac-Sitram, del Smata-Córdoba, a los compañeros de la toma de Ford, a los del Santiagueñazo. Este es nuestro humilde homenaje a los compañeros caídos.


Queremos, además, hacer algunas consideraciones sobre la situación internacional y nacional. El capitalismo imperialista que está en crisis y qued tuvo su pico en Asia, que luego pasó a Rusia, y desde ahí al Brasil, Turquía y la Argentina, hoy ha entrado en el gigante yanqui. Y la crisis en la mayor potencia imperial significa una crisis en el 60% del comercio mundial. Ya los principales monopolios se preparan para descargar sobre la clase obrera miles y miles de despidos, 350 monopolios controlan la riqueza del 45% de la humanidad, más de 1.000.000 de trabajadores ganan 1 dólar por día, millones no tienen techo, no tienen agua, no tienen alimento. Esto desnuda cruelmente que la paz imperialista es una paz armada, necesitan bombardear Irak, Siberia, Chechenia para tratar de meterle miedo a los pueblos de las naciones oprimidas.


Compañeros, el capitalismo imperial, con su proyecto de globalización trata de engarñarnos y mentirnos, pero si esto no es posible, sus intereses los van a defender con aviones, con misiles y submarinos. El verso de la globalización ya no es creído por la clase obrera, ni siquiera por la clase obrera de sus propios países. Por eso, pese a esto, no debemos engañarnos porque el capitalismo, aunque en crisis, todavía mantiene la ofensiva. De nuestra lucha diaria y de la unidad internacional depende que esa crisis se transforme en derrota y esa derrota en un futuro mejor. En nuestro país se vive la crisis más larga de nuestra historia. La dependencia absoluta del capital financiero y de sus gendarmes, en FMI, nos hace revolcar permanentemente en la crisis sin poder ver la luz. Una de las personas más odiadas por nuestro pueblo fue convocado por De la Rúa, Alvarez y Ruckauf, para ocupar el Ministerio de Economía, lo convocaron para reemplazar a López Murphy, pero también para llevar adelante el programa de López Murphy. La democracia en nuestro país, en la democracia burguesa, junto a la convertibilidad, ha quedado al desnudo: 4.000 millones de dólares se han fugado, en los últimos 40 días, del Banco Central. Ha caído el 30% del valor de los bonos; la deuda externa, incobrable e impagable, ha trepado a 200 mil millones de dólares. Le han exigido, desde el FMI, a Cavallo que elabore un nuevo plan y éste ha elaborado un nuevo plan, un nuevo plan de ajuste, con dos impuestazos más. Por lo tanto, con el fracaso del plan Cavallo, con el fracaso de la bolsa de monedas, que terminó siendo una payasada, con el fracaso de la propuesta del euro, que ni siquiera se ha aplicado en Europa, y que nadie puede saber el valor del mismo, ha quedado demostrado que fue un gravísimo error haber levantado el paro de 36 horas del 5 y 6 de abril, pero mucho más grave fue el error de concederle una tregua al gobierno de De la Rúa-Cavallo.


Como dicen nuestros compañeros, si la Argentina menemista rifó junto a Menem, en los burdeles, mezclado entre coimas, polvo blanco y vapores etílicos, la Argentina actual, manejada por truhanes y banqueros se está rifando en las quintas del Gran Buenos Aires. La Nación no tiene salida, si los trabajadores no nos disponemos a tener una lucha sostenida y en la unidad de los trabajadores ocupados y desocupados. El pueblo no tiene futuro si nosotros no enfocamos a organizar a los principales destacamentos de la clase obrera, si nosotros no nos disponemos a organizar a los compañeros del petróleo, de las petroquímicas, del acero, de la carne, del papel, del azúcar, si nosotros no nos disponemos a organizar a lo principal de la clase obrera que es el proletariado industrial que además, se ha constituido en enormes polos industriales en Campana, en San Lorenzo, en Zárate, en Pacheco, en La Plata, en la Patagonia, es imposible compañeros, que organicemos a ese proletariado industrial, que además, vayamos por recuperar las organizaciones de ese proletariado industrial, que hoy en su gran mayoría se encuentran en manos del enemigo, indudablemente, la revolución va a seguir postergada. Por eso, queremos decir, clara y precisamente, la represión dictatorial, la represión en las fábricas, la guerra ideológica de la socialdemocracia, ha hecho dudar a muchos compañeros revolucionarios, a muchos luchadores. Muchos han teorizado sobre la teoría de los nuevos contingentes, olvidándose del rol fundamental del proletariado industrial y la capacidad de ese proletariado industrial en la lucha; nuestra tarea, nuestro deber es imponernos el trabajo de organizar a esos sectores, de recuperar esas organizaciones sindicales, tal cual lo vienen marcando los compañeros del pescado en Mar del Plata.


En el medio de esta tarea, de la recuperación de las organizaciones sindicales, hay que unir a los compañeros desocupados, a los sectores intelectuales, a los estudiantes, a las amas de casa, porque indudablemente, si no unimos a todos esos sectores con el centro de la clase obrera, que es el proletariado industrial, estos van a quedar aislados, serán nuevamente golpeados, y sufriremos nuevas derrotas. Esta salida, que nosotros proponemos, no es una salida de laboratorio, es una salida que costará mucha sangre, sangre que se va a dar con luchas y revueltas en las fábricas, en los surcos, en las universidades, que deberá imponer un nuevo gobierno, un gobierno que guarde para sí el control de la banca, del comercio exterior, de la riqueza, del ahorro. Es en ese camino, compañeros, que marchamos a grandes paros generales; cada compañero le ha reclamado, los que me antecedieron en la palabra, a la CGT y a la CTA paros generales. Compañeros, la crisis del capitalismo es profunda, las necesidades de nuestro pueblo son mayores, la capacidad de organización si nos predisponemos a la misma, que hemos mostrado, también son mayores, por lo tanto, más allá de lo que diga Moyano, más allá de lo que haga De Genaro, nosotros y la próxima década, se va a alumbrar con grandes paros generales, con muchas ocupaciones de fábrica, con muchos cortes de ruta. Si nosotros hacemos lo que tenemos que hacer, nosotros juntos, peleando, parando, marchando, vamos a abrir en la Argentina, un rumbo liberador, pero juntos, peleando, peleando sin olvidar, sin traicionar, la Argentina espera de la clase obrera, del centro de la clase obrera, de la recuperación de esas organizaciones sindicales, la posibilidad de pararse, de pelear y de liberarse. Muchas gracias, compañeros.