Políticas

23/7/2003|810

Heller lo hizo

Pasaron sólo diez días entre el acto en conmemoración del Día Mundial de la Cooperación y el debut en la provincia de Buenos Aires de la “izquierda-centro”, representada por la alianza del PS con IU (PC + Mst).


El origen de la renacida criatura izquierdocentrista no es por lo tanto difícil de rastrear. En la crónica de dicho acto (ver PO Nº 808, 10/7) ya habíamos señalado cuál era el arco político sostenido por el Credicoop (y el Instituto Movilizador) con sus generosos fondos, y habíamos destacado la presencia en ese acto de Patricio Echegaray, del PC, y de Héctor Polino, el diputado del PS que hace de puente con el movimiento cooperativo.


Heller y los banqueros “cooperativos” vienen impulsando desde hace rato el renacimiento del izquierdocentrismo, o sea de una variante política nacida desde la izquierda que se oriente a ampliar sus alianzas políticas hacia el “centro”, es decir a actuar más orgánicamente contenida por los cuadros y partidos de probada fidelidad al capital. Esta ha sido una de las funciones históricas del Partido Socialista, tanto cuando estaba unido como cuando actuaba dividido en Democrático y Popular. Desde todos ellos brindó cuadros en calidad de ministros, embajadores o intendentes tanto al alfonsinismo como a la Alianza, y hasta a la propia dictadura (que, por otro lado y como ocurrió en tantos otros casos, no se privó por esto de reprimir a militantes socialistas).


Para Heller, la presencia del PS en el frente ibarrista en Capital no sólo no es obstáculo, sino que es funcional a sus propios acuerdos con el Banco Ciudad, caja negra del ibarrismo.


No cabe duda que luego del acuerdo en provincia de Buenos Aires, Heller buscará extenderlo a nivel nacional. Para los banqueros cooperativos un frente PS-PC nacional constituye una base de operaciones más confiable como expresión de sus intereses y de los compromisos que vienen anudando con el conjunto de los banqueros, en especial el bloque ibarro-duhaldo-kirchnerista de Abappra, que utiliza el “antimodelo” o el “antineoliberalismo” o, más burdamente, el “antimenemismo” como contraseña política.


El izquierdocentrismo ha dado origen históricamente a las componendas más podridas a partir de su natural vocación de ampliarse cada vez más hacia el centro, es decir hacia la derecha. Cuando Página/12, al comentar la “histórica unidad de la izquierda”, la caracteriza como superando “85 años de desencuentros” (16/7), deja de lado ni más ni menos que la Unión Democrática del ’45 y el posterior contubernio socialista-comunista en el aval al golpe del ‘55.


Fue también un frente de izquierda-centro, el Frente del Sur, diez años atrás, la semilla del Frente Grande y del posterior Frepaso en el ‘95, ya con presencia socialista pero del cual los comunistas habían sido apartados poco antes (una parte de la dirección comunista de ese entonces decidió permanecer en el Frepaso, luego Alianza – Sabatella, Laborde, Sigal, Mosquera – , y hoy son un buen puente entre el cooperativismo, Solá y Kirchner).


Como “izquierda que mira hacia el centro”, el acuerdo político entre el PC y la IU no supera las vaguedades centroizquierdistas. Su máxima aspiración es “cambiar la situación” y “colocar como prioridad política nacional el salario y el empleo digno (¡sic!) para el trabajador”. Ni una palabra de un salario mínimo igual a la canasta familiar ni de aumento general de salarios ya. Lo que proponen es eliminar el Iva y así “el salario crecerá alrededor de un 20%”.


El horizonte político de los banqueros cooperativos es progresar a la sombra del actual régimen social y político. Su preocupación inmediata es que el gobierno satisfaga sus aspiraciones como banqueros. Por eso comparten con toda la banca (nacional y extranjera) el reclamo por la “compensación” por la llamada “pesificación asimétrica”, que significa varios miles de millones de dólares a ser pagados con el hambre y padecimiento del pueblo. Esto fue lo que Heller reclamó en nombre de Abappra en la reunión con Lavagna el 8 pasado, y también seguramente uno de los reclamos de Bush en su reunión con Kirchner, el miércoles 23.


En estos casos, los parecidos no son simples coincidencias.