Durante la semana que inicia el 19 de septiembre podrían darse cambios significativos en el conflicto del Hospital Garrahan. El martes 20 a las 12:00 está prevista una asamblea a la cual concurrirán distintos sectores del hospital, que hasta el momento venían con una agenda de protestas separadas. La confluencia en una acción única -está en debate una movilización e incluso un paro- sería un salto en la fuerza con la cual lxs trabajadorxs encaramos nuestras reivindicaciones.

Esta semana el Consejo de Administración y la burocracia sindical adicta (UPCN, Sutecba y ATE Verde-Verde y Blanca) anunciaron adelantos en las cuotas paritarias y el incremento de la suma fija por recursos genuinos. Es evidente que estos cambios en la ruta prevista fueron forzados por el comienzo de acciones de lucha, que ahora pretenden sofocar. Sin embargo, los anuncios están tan lejos de las necesidades de las y los trabajadores que generaron el efecto contrario al deseado por las autoridades.

Para las categorías más bajas -como el sector administrativo, que está particularmente movilizado en una autoconvocatoria- el “aumento” informado es una verdadera cachetada: al quitarse una suma extra que percibimos por única vez, en octubre cobraremos igual y hasta menos que el mes anterior, contra una inflación descontrolada.

A la vez, el Consejo modificó unilateralmente hacia arriba ítems que cobran algunos sectores profesionales, de modo de otorgar un aumento discrecional para “bajar” de la lucha a quienes iniciaron hace algunas semanas buena parte de las protestas. Este hecho generó una bronca gigantesca en el resto de los sectores (administrativxs, técnicxs, operarios, mantenimiento, maestras del jardín y siguen las firmas) que fueron dejados completamente afuera de cualquier compensación. Ni siquiera el grupo “beneficiado” está conforme: en realidad no es más que un parche menor para un trabajo muy calificado, que no se actualizará por inflación y que no resuelve el retroceso salarial que se está denunciando. Con esta acción, el Consejo (cuatros funcionarixs kirchneristas y uno larretista) está logrando que crezca aún más el descontento generalizado.

En este contexto, una asamblea general realizada el jueves 15, donde estuvieron presentes trabajadorxs autoconvocadxs en forma común con la Junta Interna de ATE, registró un salto notable en la participación. Por unanimidad se resolvió concurrir a la asamblea de la asociación que ya estaba convocada para el próximo martes, pues es extendida la conciencia de que la forma más eficaz de luchar es con la unidad todxs lxs trabajadorxs, ya que el principal hospital pediátrico de Latinoamérica funciona gracias a esos miles de compañerxs. La mayoría también votó llevar como propuesta la realización de una movilización esta semana y un paro general la otra. Más allá de diversos reclamos sectoriales, hay un planteo salarial que unifica colectivamente: recomponer los salarios con un 80% de aumento en una sola cuota y que nadie gane abajo de la canasta familiar (hoy en $180000).

La asamblea del próximo martes concentrará a sectores diversos, tanto por su composición como por sus ideas políticas y trayectorias organizativas. Es un gran desafío articular esa unidad, partiendo de un plan de lucha común y creciente, con instancias de coordinación, pero también de resolución democrática -asambleas. Esto no se contrapone en absoluto con que los distintos espacios de base seguirán teniendo sus instancias propias, debates y propuestas; pero la división sectorial es funcional al poder que nos está ajustando. Con unidad en la lucha podremos derrotar la miseria salarial. En el desarrollo de esta pelea también se podrán debatir otros temas muy sentidos por el colectivo hospitalario, como las condiciones de trabajo y el reclamo de insalubridad. La lucha de los últimos años acaba de cosechar, de hecho, un triunfo parcial con los días por estrés que antes eran negados.

No es casual que este conflicto en el Garrahan coincida temporalmente con la lucha en la Sardá o el paro de residentes CABA del próximo miércoles. La salud está en una terrible crisis como consecuencia del feroz ajuste que tanto Nación como Ciudad aplican sobre ella a pedido del FMI. Trabajadores y trabajadoras tenemos que salir por lo nuestro.

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