Políticas

7/7/2005|907

Hospital Santojanni… una tragedia anunciada

La muerte de dos pacientes internados en la unidad de cuidados críticos de adultos del Hospital Santojanni pone al descubierto la irresponsabilidad de la Secretaría de Salud y del Gobierno de la Ciudad.


El hecho es por demás grave, por cuanto el hospital y el área en cuestión son parte de la nueva estructura de ampliación edilicia del Santojanni, inaugurada con bombos y platillos por la dupla Ibarra/Stern en julio de 2003.


La estructura edilicia es nueva, pero la red de poliductos y el cableado no, y la tercerización de los servicios de mantenimiento está en manos de una empresa privada, contratada por la Secretaría de Salud desde hace más de 10 años.


El hecho de que fallara el compresor de aire, por una interrupción transitoria del suministro de corriente eléctrica, ha puesto al descubierto que los servicios de emergencia que se deberían haber activado ante dicha eventualidad son obsoletos. Por eso han fallado.


Estos compresores centrales activan una célula termoeléctrica, que se mantiene funcionando ante una caída o suspensión de la corriente eléctrica. Como el mecanismo es inadecuado, sólo se mantuvo el suministro de aire comprimido en algunas áreas hospitalarias como Neonatología, pero fue incapaz de hacerlo en terapia de adultos, que en ese momento tenía 10 pacientes conectados a respiradores.


Según el director del hospital, “… a nosotros nadie nos informó que se realizarían una serie de trabajos en el tablero eléctrico” (Crónica, 1/7).


El compresor de aire es el encargado de suministrar el aire comprimido a una presión atmosférica determinada, y los equipos de asistencia respiratoria mecánica son extremadamente sensibles a estas variables, por lo que si se interrumpe dicho suministro, aunque sea por pocos minutos, los respiradores dejan de ciclar, es decir, de oxigenar al paciente.


En general, los pacientes internados en salas de terapia intensiva están seriamente comprometidos y los conectados a asistencia ventilatoria mecánica agregan a esta condición terapéutica un factor de riesgo aumentado, por lo que la interrupción de su oxigenación es un factor de agravamiento sustancial de su cuadro clínico.


La adecuada intervención de los médicos y del personal de salud de la terapia intensiva de adultos impidió que los decesos no fueran más…


Como denunciaron los familiares, “los médicos nos informaron que se cortó la luz, no andaban los respiradores y tuvieron que bolsearlos a todos…” (ídem).


Pretender justificar esta tragedia en una deficiencia técnica o negligencia humana es una impostura.


En el Santojanni, como en su momento en Cromañón, quedó al descubierto que este gobierno y sus políticas de privatización sanitaria, reducción presupuestaria y negociados con empresas prestatarias privadas son un atentado para la salud de la población.


Estas muertes no deben quedar impunes, Ibarra/Stern la tienen que pagar.