Políticas
16/3/2023
Inflación: en seis años, la transferencia de ingresos del trabajo al capital fue de U$S 87 mil millones
Un estudio revela la caída de la participación de los salarios en la economía.
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La caída real del índice de salarios fue de 12% desde 2016.
Desde 2016 hasta el tercer trimestre 2022, la participación de los asalariados en el ingreso disminuyó del 51,8% al 43,9%, lo cual significó una transferencia de ingresos del trabajo al capital de aproximadamente U$S 87.000 millones en ese período. Vemos cómo se ha engrosado el bolsillo de los capitalistas a partir de la suba constante de precios y los aumentos salariales por debajo de la inflación.
El cálculo fue elaborado por el Centro de Investigación y Formación de la CTA (Cifra), la cual denuncia el problema pero como central obrera no mueve un dedo para revertirlo y es cómplice de la situación. De todas maneras, el informe desmiente categóricamente que pisar salarios colabore en bajar los precios, tal como afirma el oficialismo y la oposición patronal. Los datos dan cuenta de que los salarios están en caída libre, mientras la inflación no para de subir.
Lo cierto es que los aumentos salariales a la baja tienen como única finalidad incrementar los beneficios de las empresas, a costa de los trabajadores. Es lo que busca Massa cuando anuncia un tope paritario del 60% (40% por debajo de la inflación proyectada); que eso sirva como “ancla inflacionaria” es un verso que pretende justificar los ataques al salario.
Licuando los salarios con la inflación, los empresarios vienen logrando aumentar la tasa de explotación de la fuerza de trabajo, y, como se refleja en el informe, tanto el macrismo como el Frente de Todos han velado por ello. Lo anterior demuestra que la población trabajadora debe romper de inmediato con todos los políticos capitalistas que destruyen su poder adquisitivo en favor de las patronales.
Cristina Kirchner afirma que “el crecimiento económico es acaparado por cuatro vivos”, pero ataca a los precarizados y desocupados que salen a luchar. Oculta que forma parte de un gobierno que profundiza esa confiscación, y es el principal formador de precios (tarifazos). Por otra parte, semejante retracción de los salarios en la economía de los últimos seis años nunca hubiese ocurrido sin la colaboración de la burocracia sindical peronista y kirchnerista, firmando paritarias ruinosas a espaldas de las bases. La victoria salarial del Sutna fue arrancadas a pesar de la complicidad de gobierno y las direcciones de las centrales sindicales con las patronales del neumático.
Así las cosas, en el período mencionado, el índice de salarios cayó 12% en términos reales. En el caso del salario mínimo, la pérdida acumulada desde 2015 a la actualidad equivale a $1.473.000 según un Un informe del Mirador de Actualidad del Trabajo y la Economía (Mate). Aún así, el gobierno pretende seguir golpeando el bolsillo popular autorizando aumentos en los servicios y en el combustible, sin importar que muchas de las empresas que se benefician con las subas han reportado en la Comisión Nacional de Valores rentas exorbitantes durante el 2022: $51.109 millones en el caso de la petrolera Pan American Energy, la distribuidora gasífera Camuzzi declaró haber ganado $4.093,9 millones y la Transportadora Gas del Sur (TGS) $32.317,8 millones.
Por otra parte, el informe de Cifra también arroja que el costo salarial sobre cada unidad producida retrocedió un 18,6% entre 2016 y 2022. Finalmente, el discurso patronal que le atribuye al gasto en salarios ser el causante de la falta de inversiones, oculta que ese costo se viene desplomando hace años como consecuencia de la miseria salarial, sin embargo, las inversiones no despuntan por culpa de una clase capitalista absolutamente parasitaria.
Ese discurso falaz es utilizado como pretexto para avanzar en reformas antiobreras, en función de recomponer la tasa de ganancia de los capitalistas hundiendo a los trabajadores. Una agenda defendida abiertamente por la derecha, pero actualmente canalizada por el peronismo mediante acuerdos sectoriales con las empresas y la burocracia sindical, como ocurrió con la flexibilización del convenio de Toyota.
Es necesario organizarnos para defender los convenios colectivos de trabajo y recomponer los salarios, luchando por un sueldo inicial de $253 mil y aumentos salariales indexados a la inflación, para que al crisis la paguen los capitalistas y no quienes vivimos de nuestro trabajo.
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