Políticas
22/8/2024
Insólito: el principal comprador del gobierno para los clubes de fútbol viene de quebrar el Liverpool
Daniel Scioli y referentes de La Libertad Avanza se reunieron con el empresario Foster Gillett para que invierta en las SAD.
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Scioli con Gillett.
En medio de la ofensiva del gobierno nacional para privatizar el fútbol profesional argentino, el secretario de Turismo, Ambiente y Deportes, Daniel Scioli, se reunió con el empresario estadounidense Foster Gillett con interés en invertir en la adquisición de algún club local. Gillett y su familia son responsables de dejar al Liverpool al borde de la quiebra en tan solo tres años de gestión, luego de incumplir todos sus compromisos con los aficionados del club.
De la reunión también participaron dos promotores de las Sociedades Anónimas Deportivas (SAD) en el fútbol: el empresario Guillermo Tofoni y la diputada de La Libertad Avanza Juliana Santillán.
Scioli difundió la reunión como parte de la defensa de los “aportes privados para mejorar la infraestructura de clubes, ser más competitivo y explotar la marca fútbol argentino en el mundo”, omitiendo que la gestión Gillet y su padre fue un fracaso rotundo en el fútbol inglés.
Cuando el padre de Gillett y su socio Tom Hicks adquirieron el Liverpool en 2017, el club venía de consagrarse recientemente campeón de la Champions League. No solo incumplieron la promesa de un nuevo estadio para los aficionados, sino que en tres años multiplicaron por 10 la deuda del club, llevándola a 500 millones de dólares.
Gillet y Hicks debieron abandonar el club en menos de lo que dura un mandato de una comisión directiva electa en las asociaciones civiles futbolísticas de la Argentina, tras una decisión judicial de vender la institución a otra firma y una guerra declarada de los aficionados del Liverpool quienes sabotearon un intento de financiamiento con el Royal Bank de Escocia por 237 millones de euros con amenazas de acciones directas frente a las puertas de la institución bancaria.
Gillett fue preciso en sus declaraciones de intenciones ante el representante del gobierno y los medios: “Creo que el producto está aquí. El talento que el mundo quiere está aquí (…) Podemos construir un negocio que se sostenga correctamente alrededor de lo que ya está aquí”, señaló. Está claro que lo que pretenden este tipo de depredadores capitalistas es alimentar el negocio de la exportación de jugadores, y no el bienestar de las instituciones deportivas. Algo de lo que ya se tiene antecedentes muy claros.
A los encuentros de Scioli y compañía con empresarios inescrupulosos se suman las gestiones oficiales por intentar imponer un marco jurídico que ampare y le ofrezca seguridades y garantías a los capitalistas del rubro.
En esa línea, la Inspección General de Justicia (IGJ) reglamentó en estos días los requisitos y mecanismos para que los clubes puedan convertirse en SAD, aunque esto aún cuente con la negativa manifiesta de la AFA. En esta línea, se refrendó el requisito formal de la votación asamblearia con dos tercios de los presentes, habitando a que un puñado de socios venda un club a espaldas del conjunto de la comunidad; e incluso la habilitación de la modalidad de Sociedad Anónima Unipersonal (SAU) al frente de los clubes para que la “más amplia libertad” se ejerza desde la voluntad de un solo individuo o empresa.
El relato del gobierno de que con las SAD se vienen la Premier Ligue al fútbol argentino se va desmoronando con cada paso concreto: los capitalistas interesados vienen a hacer sus negocios, vaciar los clubes y retirarse cuando las cosas se compliquen, dejando a millones de aficionados en la lona.
El fútbol no es para que un puñado de capitalistas se llene los bolsillos, sino para que la población trabajadora goce de su disfrute y del valor agregado social y deportivo de las instituciones creadas y defendidas por socios y aficionados. Fuera las manos de los capitalistas del fútbol y su dictadura de los negocios.