Políticas

4/5/2020

Intendentes del interior cordobés presionan por aflojar la cuarentena y pasar a ser “zonas blancas”

En los últimos días intendentes del interior de Córdoba han incrementado medidas de todo tipo para que las ciudades bajo su mandato pasen de ser consideradas “zonas rojas” a ser “zonas blancas” –aquellas que no tienen registro de casos de coronavirus, y en las que se habilitan actividades de la obra privada, el comercio integralmente, así como el ejercicio de las profesiones liberales como estudios de abogados, martillero público, entre otras.


En el caso del mandatario de Jesús María, Luis Picat, promueve el cambio de caracterización de la ciudad incluso en choque con las consideraciones del Centro de Operaciones de Emergencia (COE) de la provincia. En tanto que el intendente de Río Cuarto, Juan Llamosas, encabeza una petición en el mismo sentido.


El COE viene avanzando con el aflojamiento la cuarentena: ya levantó restricciones de aislamiento en la gran mayoría de las localidades de la provincia, considerándolas zonas blancas.  En la provincia hay en marcha toda una política tendiente a habilitar el funcionamiento de grandes fábricas. Un ejemplo de esa orientación es la vuelta a la producción de Volkswagen, que el gobierno de Juan Schiaretti impulsa para el conjunto del parque industrial.


En este marco, Picat fue presentando su pedido de declarar zona blanca a Jesús María, cada vez más radicalizado, buscando ganarse el apoyo del conjunto de comerciantes de la zona. “Yo recuerdo en 2008 cuando pedíamos desde el agro que el comercio se una al reclamo”, agitó incluso el responsable del ejecutivo municipal en Radio Jesús María, en referencia al choque de entonces de las patronales del campo con el Ejecutivo nacional por la resolución 125. En esa misma entrevista, llamó a la unidad detrás del planteo de flexibilizar la cuarentena: “todas las instituciones tenemos que estar junto al comerciante, al cuentapropista, al albañil para salir”.


Comerciantes de Jesús María realizaron un cacerolazo apoyando el planteo de considerar zona blanca la ciudad. Pero lo cierto es que en la localidad se encuentra el hospital Vicente Agüero, que es el centro de atención de Covid-19 para la zona norte de la provincia; y ya en la vecina Colonia Caroya se registraron dos casos.


En el otro extremo de la provincia, Llamosas, intendente schiarettista, encabeza el pedido de declarar zona blanca al gran Río Cuarto, un planteo que acompañan los intendentes de Holmberg y de Las Higueras. Pero de acuerdo al COE regional, una ciudad al menos debe esperar al menos 28 días sin casos positivos para pedir el cambio de caracterización, requisito que todavía la zona no cumple. Además, en la ciudad cabecera del departamento se encuentra el hospital San Antonio de Padua (un señalamiento de importancia, toda vez que los trabajadores de la salud están expuestos a contagios por la falta de protección adecuada).


Fuentes municipales declararon a Diario Puntal que los sectores comerciales e industriales “no aguantan más. Es enorme el esfuerzo que se les ha pedido y en su mayoría cumplieron. Es hora de ir soltando las restricciones porque, si no, va a ser imposible”. Como se ve, se toma a los mencionados rubros sin hacer las distinciones de cada caso. Se sabe que hay sectores que tienen más recursos que otros, y que el esfuerzo de la cuarentena recae en el pueblo trabajador, al que no se lo viene asistiendo.


Por lo demás, los intendentes se justifican en una preocupación por los comercios, pero la capacidad de consumo del pueblo trabajador sigue disminuyéndose sin pausa, con patronales y gobiernos aplicando recortes en sus salarios, tanto reales como incluso nominales. ¡El propio intendente de Jesús María quiere recortarle el salario a trabajadores municipales en plena pandemia!


La preocupación de los ejecutivos de las ciudades del interior tiene que ver con los intereses de los capitalistas de cada localidad, y de ninguna manera con el pueblo trabajador. Es preciso que sea este quien controle la cuarentena.